Política

Gallinas, joyas y cariño: así pagó el pueblo de México la expropiación petrolera

Expropiación petroleraCampesinos, obreros, intelectuales y artistas se unieron en un esfuerzo colectivo, no hubo distinción de clases sociales
(Nación321)

En la historia de México, pocas escenas se han considerado tan conmovedoras y simbólicas como aquella en la que el pueblo, con un gesto de unidad y sacrificio, se volcó en apoyo al presidente Lázaro Cárdenas del Río tras la expropiación petrolera del 18 de marzo de 1938.

Checa la historia del decreto que marcó un hito en la historia contemporánea de México

No fue solo una medida política o económica; fue un acto de afirmación nacional que despertó un sentimiento de solidaridad en cada rincón del país y que aquí en Nación321 te contamos cómo sucedió.

CON GALLINAS, JOYAS Y SOLIDARIDAD, SE PAGÓ LA EXPROPIACIÓN PETROLERA

Aquel 18 de marzo, Cárdenas, un hombre nacido en el seno de una familia humilde de Michoacán, se enfrentó a las poderosas compañías petroleras extranjeras que, además de explotar los recursos naturales, sometían a los trabajadores mexicanos a condiciones de miseria. Cuando las empresas se negaron a cumplir con los laudos laborales, el presidente firmó el decreto que devolvía el petróleo a manos de la nación.

La reacción internacional no se hizo esperar. Estados Unidos y Gran Bretaña, principales afectados por la medida, impusieron sanciones comerciales, y México, empobrecido, enfrentó la difícil tarea de compensar a las empresas expropiadas. Pero Cárdenas no quiso que esa carga recayera en las futuras generaciones y apeló a la conciencia y el patriotismo del pueblo mexicano.

La respuesta fue inmediata y profundamente emotiva. Desde los estudiantes de la Universidad Nacional que desfilaron frente a Palacio Nacional, hasta las comunidades indígenas y campesinas que ofrecieron lo poco que tenían, todo el país se movilizó. En el Palacio de Bellas Artes, la esposa del presidente, Amalia Solórzano, encabezó el comité de recepción de donativos. Aquel vestíbulo se convirtió en un símbolo de la unidad nacional.

De acuerdo con las crónicas de esos tiempos publicadas en el periódico El Universal, allí, se recibieron los objetos más curiosos. Hubo quien dejó su anillo de compromiso o su máquina de coser con la que se ganaba la vida. Las mujeres de los pueblos llevaron gallinas, patos y hasta cerdos.

Los niños vaciaron sus alcancías, mientras que algunos trabajadores entregaron su salario de la semana. Las corridas de toros se organizaron con el fin de recaudar fondos, y hasta el pequeño Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del presidente, donó sus ahorros en un gesto que conmovió a la nación.

El 23 de marzo, la Ciudad de México se paralizó. El comercio cerró sus puertas, los tranvías dejaron de circular y más de doscientas mil personas se congregaron en el Zócalo. Las pancartas decían “Viva Cárdenas” y “El pueblo con Cárdenas”, mientras que ataúdes de cartón con los nombres de las compañías petroleras extranjeras simbolizaban el fin de la era de explotación.

El respaldo al presidente fue absoluto. Campesinos, obreros, intelectuales y artistas se unieron en un esfuerzo colectivo, no hubo distinción de clases sociales.

La expropiación petrolera no solo devolvió los recursos energéticos al pueblo mexicano; también cimentó una identidad nacional basada en la solidaridad. En cada anillo, en cada gallina, en cada moneda entregada, quedó grabado el espíritu del país.

Este martes 18 de marzo de 2025 se conmemoran 87 años de la expropiación petrolera, y con este motivo, la presidenta Claudia Sheinbaum espera que se aprueben las reformas energéticas, las cuáles, buscan devolverle a México, su soberanía energética.

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