Recién reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por crear iniciativas de alto impacto para acabar con la desigualdad de las personas, Clara Marina Brugada Molina se considera una mujer de izquierda y, principalmente, una luchadora social incansable.
Nacida en la colonia Nativitas de la alcaldía Benito Juárez, busca ser jefa de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX). Cree que su dedicación al servicio público le ha dado las herramientas para continuar con el trabajo que la morenista Claudia Sheinbaum Pardo comenzó en el 2018.
A sus 60 años de edad, Clara Marina ha estado al mando de la alcaldía Iztapalapa en tres ocasiones, lo que le ha permitido ser muy cercana a los habitantes de esa zona de la CDMX.
Cuenta que su amor por el servicio público nació cuando era estudiante en la licenciatura de Economía en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) campus Iztapalapa, pues en una ocasión, unos jóvenes llegaron a los salones de clases a pedir ayuda, provenían de una comunidad muy pobre en donde no tenían servicios, ni maestros.
“Justamente cuando era estudiante de Economía llegó un grupo de jóvenes de una secundaria que no era reconocida en San Miguel Teotongo, una colonia que era la colonia con más pobreza de toda la Ciudad de México y que no tenían ni servicios públicos, ni escuelas.
“Llegaron a tocar las puertas de los salones y también los corazones de jóvenes que quisiéramos apoyarlos como maestros en su secundaria, por supuesto sin cobrar, sin nada, mientras que el gobierno instalaba escuelas y demás, y así fue como decidí irme a San Miguel Teotongo a apoyar, a estar de lado de los que no tienen nada y a dedicarme a luchar con ellos y a transformar su vida”, comenta en entrevista para Nación321.
La transición de cambiarse de casa de la Benito Juárez a Iztapalapa fue un proceso complicado porque implicaba salir de las comodidades que tenía, a vivir sin ningún servicio público, pero comenta que fue en ese momento donde aprendió de la organización comunitaria, el trabajo organizativo, autogestivo en educación, en alimentación, en salud… y así empezó su participación política.
LA PRIMERA VEZ ... DIJO QUE NO
Desde 1995, Brugada Molina fue Consejera Ciudadana en Iztapalapa, y en 1997, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), organización en la que militaba, la propuso para ser diputada federal y ella les dijo que no.
“Y entonces en ese proceso vino el 97, que justamente fue la primera vez que tuvimos oportunidad de elegir a nuestros gobernantes, así que en ese tiempo pues todo el mundo me propuso que fuera candidata. Yo no quería, pero bueno, acepté”.
Dice que su mandato como diputada federal marcó un referente, pues ella no gentrificó sus oficinas en colonias como la Roma, sino que decidió colocarse donde pudiera ayudar directamente a las personas.
DE CÁRCEL A PREPARATORIA
A partir de 1990, la población en Iztapalapa comienza a crecer de manera importante, y con ello, la inseguridad.
Con ese antecedente en 1995 surge la idea de rehabilitar la Cárcel de Mujeres ubicada en San Miguel Teotongo, que había quedado en desuso en 1982, como un penal de máxima seguridad.
En 1996, el entonces regente del Distrito Federal, Oscar Espinosa Villareal, confirma que se optaría por convertirla en una cárcel de máxima seguridad.
Desde el anuncio de la iniciativa, Clara Marina movilizó a los habitantes y creó la Unión de Colonos de San Miguel Teotongo, quienes pedían otras medidas para erradicar la inseguridad y que el espacio se convirtiera en un complejo educativo y cultural.
Un año después, bajo el lema de “¡Prepa sí, cárceles no!” -y ya como diputada federal- Brugada Molina logra que se cancele el proyecto del penal de máxima seguridad y en su lugar se funda la Escuela Preparatoria Iztapalapa.
DEL PRD A MORENA
Clara Brugada se considera una mujer auténticamente de izquierda. Militó primero en el PRD, por ser el partido que consideraba más afín a su pensamiento e ideología.
Asegura que siempre ha tenido la visión de no levantar la mano sólo por levantarla; sino que se debe tener un proyecto y aprovechar los espacios de decisiones públicas, por ello cuando llegó el momento, decidió abandonar al PRD y seguir los pasos de Andrés Manuel López Obrador.
“Después de la salida del PRD nos dedicamos a construir Morena, así fue como empezamos Morena, con una decisión de romper con un partido que ya no era el instrumento para transformar la vida pública de este país y teníamos que construir otra opción, así fue cómo decidimos que Morena tenía que ser la alternativa”.
ENTREGADA A SU LABOR
En entrevista la morenista confiesa que decidió no tener hijos porque vio sufrir a muchas mujeres que querían participar políticamente, pero tenían que dedicarse al cuidado de los niños.
“Yo decidí desde hace tiempo que en verdad me quería dedicar a jugar un papel importante en la política, una política que transformara la vida de la gente, decidí no tener hijos. Yo veía sufrir a muchas mujeres que tenían niños, que querían participar políticamente pero que tenían esa situación de decir: “no quiero dejar solos a mis hijos”, que tenían problemas con la familia y dije no, yo quiero ser libre para decidir”.
El gran temor que tuvo la exalcaldesa al tomar esta decisión fue arrepentirse, pero cuenta que hasta el momento ha vivido su vida intensamente y feliz sin tener que optar por tener hijos.
POLÍTICAS PARA TODOS
Clara Marina está convencida de que debe existir la igualdad en todos los ámbitos, uno de ellos, en el de las mujeres.
“Déjame decirte que yo me considero feminista, entonces teníamos que hacer políticas públicas que transformaran la vida de las mujeres, porque de nada sirve que una mujer gobierne y que todas las demás sigan igual”.
Cuando llega a gobernar Iztapalapa, Clara Brugada decidió “agarrar el toro por los cuernos” y buscó la manera de hacer políticas en favor de las mujeres y de su seguridad, pues considera que -como dicen por ahí- es tiempo de mujeres, “no sólo es porque saben gobernar, sino porque gobiernan bien”.
Por ello buscó crear iniciativas que ayudan a la protección de las mujeres, pero también de todos los ciudadanos, incluso de las mascotas de los hogares de Iztapalapa.
“Empezamos con los caminos de mujeres libres y seguros que fue iluminar cada calle, cada colonia por donde llegara el transporte público, las calles por donde camina más gente y las iluminamos como nunca, con lámparas que nunca en la historia había tenido”.
Como alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada creó cinco utopías, que son espacios culturales a los que los ciudadanos pueden acudir a hacer alguna actividad.
En los inmuebles hay pistas de hielo, de patinaje, de atletismo, para practicar BMX, además de clases de natación, de box, gimnasia olímpica, de danza, canchas de tenis, de futbol, mariposarios y hasta un complejo con dinosaurios de plástico en tamaños reales.
Estos espacios, además de beneficiar a todos los habitantes, le ha valido al gobierno de Iztapalapa, varios reconocimientos por otros países y recientemente por la ONU.
“Primero en Colombia me invitaron a participar en un evento para hablar sobre las utopías, hablar sobre todo lo que hemos hecho y bueno. Tengo muchas invitaciones internacionales que me han hecho para ir a exponer este gobierno exitoso que hemos tenido.
“También me invitaron a la Asamblea General de la ONU. Me siento muy contenta porque en verdad, en verdad es maravilloso todo lo que hemos hecho”.
Clara Marina se considera una mujer con un gran amor por los animales, por ello, durante su gestión en Iztapalapa, empujó programas de esterilización para perros y gatos.
“Diseñamos una estrategia muy importante, que era ayudar al bienestar animal. Nuestra Constitución tiene un artículo muy importante en donde consideran a los animales de compañía como seres sintientes, con derechos, y obligaciones de los tutores de los animales”, comenta en la entrevista.
Detalla que cuando ella llegó a la Alcaldía se hacía una campaña de esterilización a la semana, pero por el número de habitantes y de animales, consideró hacer 13 jornadas diarias de esterilización, además de impartir talleres de tenencia responsable para los dueños de los animales.
Además de implementar campañas para los perros y gatos que viven en la calle, instalando albergues para atenderlos y darlos en adopción.
Clara Marina sabe que hay mucho por hacer en Iztapalapa, y considera que su experiencia la puede llevar a gobernar la Ciudad de México.
La aspirante ya levantó la mano para participar en la contienda interna de Morena, y aparecer en la boleta del proceso electoral del 2024, por esa razón el pasado 16 de septiembre se separó del cargo como alcaldesa de Iztapalapa.
“Me voy, pero mi corazón se queda en Iztapalapa; me voy, pero el corazón de Iztapalapa se va conmigo a toda la Ciudad”.