Si recuerdas tus clases de la primaria, el 5 de febrero se celebra el Día de la Constitución Mexicana, por lo que la Ley Federal del Trabajo ordena este día como un “descanso obligatorio”; sin embargo, la importancia de la Carta Magna va más allá de ese día extra de descanso. Te contamos.
La Constitución es la norma fundamental del país: se encarga de definir las relaciones y alcances de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; de los órdenes de gobierno federal, estatal y municipal y de los ciudadanos.
También establece los derechos generales y las garantías individuales que son universales, inalienables, imprescriptibles, irrenunciables y limitativas del poder del Estado.
Se compone de 136 artículos y 19 transitorios ordenados en 9 títulos. Se divide en dos partes, orgánica y dogmática.
La historia del país ha contado con otros ordenamientos máximos como los de 1824, 1835 y 1857.
Para la que actualmente sigue vigente, los debates constitucionales iniciaron el 1 de diciembre de 1916 en el Teatro Iturbide, en la ciudad de Santiago de Querétaro, y terminaron el 31 de enero de 1917. El objetivo de esta discusión era corregir las fallas de la Constitución de 1857 y, a su vez, satisfacer las demandas sociales y políticas generadas por la Revolución de 1910.
El 5 de febrero es considerado su día porque en esa misma fecha pero de 1917, el primer jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, firmó y promulgó el documento, aunque entró en vigor hasta mayo de ese mismo año.
Esta Constitución destacó por ser la primera en incorporar a los textos constitucionales del mundo, los derechos sociales como garantías individuales.
UNA CONSTITUCIÓN DE AVANZADA
Para su época, la Carta Magna mexicana fue innovadora por el reconocimiento de los derechos sociales de los mexicanos, las garantías individuales y el establecimiento del tipo de gobierno que se esperaba tras finalizar las luchas de la Revolución Mexicana.
Una palabra que escuchamos mucho últimamente es la “soberanía”, esta se refiere al ejercicio de la autoridad en un territorio. Al respecto, la Constitución aclara que este ejercicio recae en el pueblo pero no de manera directa sino que lo delega en sus representantes, por lo que se inició una forma de gobierno republicana, representativa, demócrata y federal.
De acuerdo con el Sistema de Información Legislativa, la Constitución contiene los principios y objetivos de la nación, reconoce la existencia de órganos de autoridad, sus facultades, limitaciones, los derechos de los individuos y cómo hacerlos efectivos.
Además de establecer la forma de gobierno, define las obligaciones y derechos ciudadanos, como el acceso al trabajo, la salud, educación, libertad de expresión, entre otros.
Dicho documento ratificó el sistema de elecciones directas y la no reelección; además de los ordenamientos agrarios relativos a la propiedad de la tierra.
La Constitución de 1917 reconoce las libertades de culto, expresión y asociación, la enseñanza laica y gratuita y la jornada de trabajo máxima de 8 horas.
Otros derechos reconocidos son el acceso a la información plural, a un medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar, a la integridad personal física y moral, la prohibición de la esclavitud, tortura y tratos degradantes.
También al reconocimiento de la identidad personal, a la libre expresión de la personalidad, a la intimidad personal y familiar. Incluye la libertad artística y cultural, además de la libertad de reunión y manifestación, entre muchos otros.
LA CONSTITUCIÓN MÁS REFORMADA
Desde 1917 hasta 2018, la Constitución había sido reformada en 707 ocasiones, a través de 233 decretos, incluso es considerada una de las más reformadas del mundo.
De acuerdo con una investigación del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República (IBD) titulada Las reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, contrario a lo que sucede en otras democracias, las reformas constitucionales en México son una constante y la muestra está al comparar con otros países.
La Constitución de los Estados Unidos, promulgada en 1787, ha tenido solo 27 enmiendas en 231 años; la Constitución española de 1978 ha sido reformada en tres ocasiones y la Constitución de Brasil de 1978 tiene 70 decretos de reforma.
Los artículos constitucionales mexicanos con más modificaciones han sido el 73 (sobre las facultades del Congreso), el 123 (respecto del derecho al trabajo), el 27 (sobre el régimen de propiedad) y el 89 (de las facultades del Ejecutivo). Tan solo estos cuatro artículos se han modificado 144 veces, lo que representa el 20 por ciento del total de los cambios que ha tenido la Constitución. Asimismo, solo 22 artículos conservan su texto original.
La administración de Enrique Peña Nieto fue la de mayor cantidad de artículos constitucionales reformados en un sexenio en toda la historia del país, tras la puesta en marcha del Pacto por México. De tal suerte que del 1 de diciembre de 2012 al 27 de agosto de 2018 se aprobaron modificaciones a 155 artículos de la Constitución por medio de 28 decretos de reforma constitucional.
