Este lunes 10 de febrero se cumplen nueve años de enfrentamiento que destapó la red de corrupción, negligencia y malas condiciones en las que los reos del Centro Preventivo y de Reinserción Social Topo Chico, ubicado en Monterrey, Nuevo León.
Este hecho hizo que tanto la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y algunas organizaciones pidieran una investigación sobre las actividades ilícitas que se llevaban a cabo en la prisión, lo que años después, provocó su cierre definitivo.
En Nación321 te damos un recuento de los hechos ocurridos en 2016 en una de las cárceles más polémicas de México.
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LA DISPUTA ENTRE EL ‘CÁRTEL DEL GOLFO’ Y ‘LOS ZETAS’
Eran las 23:30 horas del miércoles 10 de febrero de 2016, cuando comenzó un enfrentamiento entre dos grupos de presos liderados por Jorge Iván Hernández Cantú, alias ‘El Credo’, y por Juan Pedro Saldívar Farías, alias ‘El Z-27′.
‘E Credo’ era uno de los líderes del ‘Cártel del Golfo’ que se encontraba en el penal, pero no era un reo cualquiera, pues en su celda tenía una cama king size, un estéreo en el que ponía sus corridos a todo volumen; además de que podía meter mujeres todos los días, junto con bebidas alcohólicas y estupefacientes.
‘El Z27′, era enemigo a muerte de Hernández Cantú por ser un miembro prominente de ‘Los Zetas’, quien había sido trasladado a la cárcel de Nuevo León, en diciembre de 2015.
De acuerdo con las autoridades, el ‘Cártel del Golfo’ administraba el Penal de Topo Chico desde 2010, y lo convirtió en un negocio pujante, pues todo lo que se vendía, rentaba, entraba o salía de la prisión pagaba impuesto.
Dicho grupo criminal había roto relación con ‘Los Zetas’, por lo que el ‘Z-27′ y sus cómplices esperaron la hora acordada para abrir las puertas y avanzar hacia el “Ambulatorio C”, que era donde se encontraba ‘El Credo’.
Los reos de “ese bando” utilizaron puntas hechas con cepillos de dientes, navajas para afeitar, desarmadores, cuchillos de cocina y machetes para enfrentar a sus rivales.
Pero los integrantes del ‘Cártel del Golfo’ respondieron con martillos, barras de acero, tablones para castigo y bates de béisbol.
La riña provocó que se incendiara la cocina, la bodega de víveres y otros puntos del penal.
AUTORIDADES LLEGAN 10 HORAS DESPUÉS DEL ENFRENTAMIENTO
La trifulca se descontroló y fue un custodio el que activó el botón de alerta, pero al no tener el apoyo suficiente tuvo que esperar la llegada de la Fuerza Civil para controlar la pelea campal.
Fue hasta la madrugada del 11 de febrero de ese año que la Fuerza Civil y la Policía Federal retomaron el control del penal.
El saldo final fue de 49 muertos y 12 heridos de gravedad.
Tras 10 horas del conflicto, el entonces gobernador de Nuevo Léon, Jaime Rodríguez, mejor conocido como ‘El Bronco’, informó a los medios de comunicación que al menos uno de los presos murió por el impacto de bala de uno de los guardias que intentaba defender a un grupo de mujeres.
El mismo mandatario estatal fue el que dió la versión del enfrentamiento entre dos grupos criminales dentro del penal, descartando así la teoría de un motín y las deplorables condiciones en las que se encontraba esta cárcel.
FAMILIARES EXIGÍAN SABER SOBRE LA SALUD DE SUS REOS
Las imágenes de canales de televisión mostraron a decenas de personas fuera de la cárcel que intentaban saber qué había ocurrido con sus familiares.
Al no obtener información, empujaron la reja de uno de los accesos al penal y la abrieron por la fuerza, pero lograron ser repelidos por policías del grupo antimotines.
Madres, padres y parejas sentimentales pasaron horas reclamando por información, pues en los medios de comunicación se hablaba de personas calcinadas dentro del penal.
REVELAN CORRUPCIÓN Y MALAS CONDICIONES DENTRO DE TOPO CHICO
Muchos de ellos revelaron a El País sobre las riñas constantes entre los reclusos; así como los motines, las extorsiones a familiares de los reos y el cobro de piso entre los internos.
Entrevistados por el medio español, los familiares contaron que los nuevos detenidos debían de dar grandes cuotas a los líderes del penal, y si no cumplían con ellas los amenazaban de muerte a fin de que pagaran su “cuota de ingreso”.
A ello se suman las denuncias sobre cuotas mensuales por el derecho al agua y alimentos dentro del penal.
DESTITUYEN A DIRECTORA DEL PENAL DE TOPO CHICO
La directora del penal, Gregoria Salazar Robles, y el subcomisario de administración penitenciaria, Jesús Domínguez, fueron acusados por homicidio calificado y abuso de autoridad, por lo que fueron reiterados de sus cargos y detenidos por las autoridades.
El agente custodio José Reyes, también detenido y acusado sólo del primer delito.
CNDH COMENZÓ INVESTIGACIÓN TRAS EL MOTÍN
Un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de 2016 detalló que la sobrepoblación, el hacinamiento, el autogobierno y la falta de personal en el penal de Topo Chico llevó a esta trágica situación.
La CNDH también detectó privilegios con celdas de lujo equipadas con pantallas e incluso saunas, objetos y sustancias prohibidas, y la ausencia de protocolos para la prevención, manejo y control de motines y otros hechos violentos.
De acuerdo a la Comisión Nacional de Seguridad (CSN) la población de Topo Chico hasta diciembre de 2015 era de 3 mil 965 reos. Esta cárcel tenía capacidad para 3 mil 685 presos, por lo que contaba con una sobrepoblación de más de 200 internos.
Muchos de los presos presentaban condiciones insalubres, pues los espacios donde se alojaban carecían de higiene, suficientes áreas de baños y regaderas.
Las celdas, donde había una litera de concreto sin colchones, albergaban entre 5 y 10 personas y no contaban con luz natural ni artificial ni tampoco ventilación.
Las personas con discapacidad carecían de atención y las enfermedades más graves no eran atendidas de manera oportuna, por lo que muchos fallecían.
PRIVILEGIOS EN TOPO CHICO
La CNDH también constató que existían dentro de Topo Chico locales de comida, donde los reos “de primer nivel” podían adquirir alimentos cuando quisieran. Además, había bares y hasta tenían derecho a visitas de mujeres, presuntamente quienes sufrían explotación sexual.
En una inspección hecha por la Secretaría de Seguridad de aseguraron armas, drogas y dinero que obtenían también de otros prisioneros por otorgarles protección.
CIERRE DEFINITIVO DEL PENAL DE TOPO CHICO
Finalmente, el penal de Topo Chico cerró sus puertas el 30 de septiembre de 2019, después de 76 años en operación.
Los reos que se encontraban en esta cárcel fueron trasladado a otros penales como al de Apodaca y al de Cadereyta.
El Centro Preventivo y de Reinserción Social Topo Chico fue convertido en el ‘Parque Libertad’, que también alberga el Archivo Histórico de Nuevo León.