Integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se daban a la tarea de publicar diferentes vacantes en redes sociales, en las que ofrecían sueldos y prestaciones atractivas.
En este sentido, muchas personas respondieron a las publicaciones con las ganas de tener una mejor calidad de vida y eran citadas en unas casas que el crimen organizado rentaba para usarlas como oficinas.
Sin embargo, al ser convencidos por los criminales eran llevados al Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, donde eran adiestrados para sumarse a las filas del CJNG en distintos estados de la República, en contra de su voluntad.
En Nación321 te damos algunos testimonios de sobrevivientes de este centro de exterminio que ha causado polémica e indignación entre la ciudadanía.

FUERON ENGAÑADOS CON FALSAS VACANTES
En una entrevista con Azucena Uresti, un hombre, identificado como Roberto, declaró que fue trasladado al Rancho Izaguirre en 2023, después de haber aceptado una invitación a un programa para trabajar en Estados Unidos.
“Fuimos invitados por autoridades de aquí del municipio de Chilpancingo (Guerrero) y bueno, la verdad es que ese tiempo y las condiciones en las que estuvimos fueron horribles”, detalló.
Roberto acudió al Ayuntamiento de Chilpancingo a dejar su documentación y días después salió junto con otras 70 personas con dirección a Jalisco, aunque ellos no lo sabían, porque primero les habían dicho que iban a Guanajuato.
“Nosotros estábamos confiados de que íbamos a llegar a Guanajuato, muchos de los que íbamos desconocíamos el camino. Nos dijeron que íbamos a tener alimentos, dormitorio y todo lo necesario, pero ya en ese rancho las cosas fueron diferentes”, comentó.

ALGUNOS LLEGABAN POR VOLUNTAD PROPIA
Uno de los testigos, quien estuvo dos meses y medio en el rancho, relató que no todas las víctimas de Teuchitlán llegaban con engaños, sino que había muchos que estaban en este lugar por voluntad propia; es decir, que buscaban ser parte del CJNG.
Además, reveló que durante los tres meses que estuvieron en el entrenamiento, recibían un pago de 3 mil pesos a la semana que podían usar hasta que los dejaran salir del rancho.

“NOS ENTRENABAN EXMILITARES DE EU Y COLOMBIA”
Uno de los testigos que estuvo dentro del Rancho Izaguirre, en entrevista para Milenio, aseguró que exagentes de Estados Unidos y Colombia eran los encargados de entrenar a las personas que se encontraban en el lugar.
“Era un entrenamiento duro (...) A mí me tocó el adiestramiento de exmilitares estadunidenses y colombianos. Sabíamos de dónde eran por cómo hablaban y por el color de piel también”, mencionó.
Otro de los testigos aseguró que cuando llegó al Rancho Izaguirre, fue obligado a desvestirse.
“Desde que llegamos a la casa me dijeron que me encuerara, que me quitara el bóxer. Había que brincar por si traías un chip en el culo (sic) (…) En eso nos dicen, desde este momento empiezas a trabajar, ¿tienes algún problema?”
Remarcó que aquellos que se negaban o comenzaban a realizar preguntas eran asesinados al instante, mientras que los que guardaban silencio eran registrados en un cuaderno y se les asignaba un apodo, tareas y recursos.
Otro de los supuestos supervivientes dijo que todo el tiempo eran golpeados por los criminales.
“Todos los días nos pegaban por cualquier cosa, así nos mantenían con miedo. Desde que llegamos lo primero que te hacen es agarrarte a tablazos (sic)”, comentó.
Agregó que durante el día, eran sometidos a pruebas que debían pasar si querían continuar con vida.
No hay día que no piense en eso y que no me atormente. Pero en ese momento se hacían las cosas para seguir vivo. Esos día solo son cuando te enseñan a disparar con AK-47 y arma corta”, confesó otro sobreviviente.

ERAN OBLIGADOS A DESMEMBRAR PERSONAS
Dos testimonios más indicaron que durante su estadía en Teuchitlán, fueron obligados a desmembrar a las personas que eran asesinadas o que morían durante los entrenamientos.
“No nos enseñaban una técnica como tal, más bien era como tú fueras entendiendo. No hay día que no piense en eso y no hay día que no me atormente. Al principio ni podía dormir, pero en ese momento tenía que hacer las cosas para seguir vivo”, recordó.
Además, relataron que una de las bardas del rancho contaba con muchos impactos de bala debido a que muchas personas intentaron escapar, pero lo no lo lograron.
“Los dejaban correr y cuando se colgaban de la barda es cuando les disparaban”, recordó.
“Ahí no hay ‘no puedo, no quiero’. ¡Nada! Si te mandan por un papel de baño o te piden torturar a tu compañero, lo tienes que hacer. No hay más oportunidades”, añadió.

TRAS EL ADIESTRAMIENTO LA MAYORÍA FUERON ASIGNADOS EN PLAZAS
El sujeto mencionó que la mayoría de las personas que se encontraban en el adiestramiento eran reubicados en plazas de diferentes estados y sólo pocos morían en el rancho.
“Yo sé que la mayoría salió del adiestramiento. No eran tantas (sin vida), por ejemplo, cuando yo estuve ahí eran 230 personas, 30 quedaron ahí (muertas) y ya las demás terminaron el adiestramiento. Pero 20 personas de las 200 ya no las volví a ver”.
“Las demás se reparten en puntos, en plazas, ya sea Guanajuato, Lagos de Moreno, Zacatecas, Puerto Vallarta, Ixtapa, Aguascalientes, San Luis Potosí”.
El mismo sobreviviente mencionó que “no todos los zapatos que encontraron ahí son de gente muerta, puede que muchos estén vivos”.
VÍCTIMAS COMÍAN CARNE DE LAS PERSONAS FALLECIDAS EN RANCHO IZAGUIRRE
El hombre también señaló que muchas veces, los integrantes de cártel “de las cuatro letras” que estaba en el adiestramiento les daban de comer la carne de las personas que perdían la vida en los entrenamientos.
“Las quemábamos y aparte cuando fileteábamos la pierna, una parte la cocinaban ahí, para dárnoslas de comer...Había otro tipo de alimento como huevo y una vez a la semana pollo”.
“Nos daban la carne al vapor, con cebolla...Al principio no sabíamos que estábamos comiendo carne humana, pero al terminar la diestra nos dijeron todo eso”, agregó.
HAY MÁS CENTROS DE ADIESTRAMIENTO
También indicó que este no es el único centro de adiestramiento que tiene en CJNG, pues durante su estadía le contaron que había otros en Michoacán y Guerrero.
Además, recordó que las falsas vacantes que publicaban para atraer a la gente era para albañil, electricista o para cocinero “es lo que yo más o menos sabía”.
OPERACIONES EN EL RANCHO COMENZARON DESDE 2012
Una mujer que logró salir de este centro de violencia, dio a conocer que, desde 2012 se usaba este lugar para llevar a personas, en su mayoría jóvenes, reclutados con engaños o a la fuerza para unirse a las filas del CJNG.