Del engaño a la extorsión: Un delito que crece con 'normalidad'

Para 2023 al menos 10 mil 974 personas denunciaron ser víctimas de extorsión
Para 2023 al menos 10 mil 974 personas denunciaron ser víctimas de extorsión
Delito creciente.Para 2023 al menos 10 mil 974 personas denunciaron ser víctimas de extorsión
Especial
Nación321
2024-02-26 |06:18 Hrs.Actualización06:18 Hrs.

"Hay un cargo no reconocido en tu tarjeta de crédito", "amiga, ¿eres tú la de las fotos?", "solicito gente para trabajar dos horas al día por mil pesos"¿no me recuerdas? soy tu tío, el que se fue al norte?" o un simple "ganaste un premio por ser cliente de nuestro banco", en México las extorsiones se resumen en frases cortas: amenazas, sospechosos regalos, vacantes de ensueño y movimientos bancarios inexistentes.

En los últimos años, uno de los delitos que más ha incrementado es la extorsión, que, en sus diferentes modus operandi, es un delito que atenta contra el patrimonio y la integridad de las personas.

Las cifras son alarmantes: para 2019, primer año del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el número de personas víctimas de este delito fue de 3 mil 172, cifra que sólo en cuatro años se triplicó, pues para en 2023 al menos 10 mil 974 personas denunciaron ser víctimas de extorsión.

A esas cifras hay que sumarles quienes no denuncian o quienes además de ser víctimas terminan involucrados en un delito que no cometieron, como las trabajadoras del hogar, que son blanco de la llamada 'estafa de la patrona'.

Justamente eso le ocurrió a Juliana, quien pide resguardar su identidad por temor a su expatrón, un hombre "poderoso" que, mediante de una denuncia presentada por su esposa, la acusó de robo, lo que le costó estar casi 5 meses en prisión, quedar sin trabajo y perder sus ahorros.

Fue en a finales de 2021 cuando todo ocurrió. Una tarde, cuando se encontraba sola en casa, pues sus empleadores salieron de viaje, Juliana recibió una llamada de una mujer que se hizo pasar por su jefa, diciéndole que no tenía mucho tiempo para hablar, pues estaba en medio de un grave problema, esa persona le pidió a la joven originaria de Guerrero que le prestara sus ahorros y se los depositara, ella lo hizo pero cuatro mil pesos no le bastaron a la extorsionadora; en una nueva llamada, le dijo que fuera a empeñar algunas joyas.

Ella lo hizo, metió todo a una mochila, pero antes de salir a la casa de empeño, su verdadera 'patrona' le mandó un mensaje para decirle que preparara la cena. Ahí, descubrió que estaba envuelta en un extraña situación y  al responderle a su empleadora que estaba saliendo a cumplir con lo que le pidió, lo peor pasó, pues la mujer se alertó de inmediato y pronto arribaron policías a la casa donde trabajó por casi dos años, en el Estado de México.

Tras ello, Juliana fue llevada al ministerio público y luego le dictaron prisión preventiva, por haber sido encontrada "en flagrancia". Al final, la única opción que tuvo para salir de la cárcel fue declararse culpable y ofrecer una 'reparación del daño', por un más de 90 mil pesos, para que le otorgaran el perdón y retiraran la denuncia en su contra.

LAS REDES SOCIALES Y UN 'VIEJO' CÓDIGO PENAL

En otro tipo de extorsión, hace unos meses, Augusto Álvarez fue víctima de este delito, pero por la vía cibernética. A su vez, sus contactos en redes sociales también lo fueron.

En entrevista para Nación321 explicó que todo comenzó un día cuando, de forma sorpresiva, sus amigos le comenzaron a mandar mensajes preguntándole si todo estaba bien, pues en su cuenta de Instagram había un mensaje en el que informaba que había tenido un accidente y les pedía que le depositaran a una cuenta HSBC.

Los delincuentes no sólo pidieron dinero, también comenzaron a molestar a sus contactos mandando fotos íntimas y acosando a sus amigas.  

Ante esa situación, Augusto trató por otros medios de alertar a sus amigos de que se trataba de una extorsión y tardó una semana en recuperar sus redes sociales, pues accedieron también a la Facebook.

En estos casos es difícil hacer una denuncia, ya que en el Código Penal Federal no existen tipo penales de este delito y por definición sólo se considera que comete extorsión aquella persona "que sin derecho obligue a otro a dar, hacer, dejar de hacer o tolerar algo, obteniendo un lucro para sí o para otro o causando a alguien un perjuicio patrimonial". 

¿Qué quiere decir lo anterior? Que el espacio digital no está considerado y entonces las víctimas no tienen de otra que caer en un limbo legal, que incluso les imposibilita denunciar. 

La última vez que el artículo 390 del Código Penal Federal se reformó para dar esta definición del delito de extorsión fue en 1994.

Y EL DAÑO EMOCIONAL...

En el Código Penal Federal, sólo se contempla que la extorsión genera un daño económico, pero falta poner sobre la mesa el perjuicio emocional y moral de las víctimas. 

Eso le pasó a la mamá de Diana, quien en 2006, cuando las denuncias por estos delitos eran menos comunes, pero comenzaron a dispararse las estafas telefónicas, recibió una "llamada muy rara", justo tras haber salido del hospital y de haber llegado a su casa. 

Eran al rededor de las 10 de la noche, cuando un hombre la llamó preguntando por alguien desconocido y una hora después recibió otra llamada, pero ahora con amenazas por parte de un hombre, quien le dijo que tenía secuestrada a su hija. Al escuchar la noticia, la madre de Diana intentó contactarla pero al no tener éxito, pensó lo peor. 

"En ese entonces trabajaba en un cine y salía a las 11 de la noche, para colmo se me había terminado la pila del celular y no traía mi cargador", contó la joven.

Pensando que su hija estaba en peligro, la madre de Diana le dijo a los extorsionadores que sólo tenía mil pesos a la mano y después de unas seis llamadas, en las que le exigían que buscara más dinero, las cosas empeoraron, pues los contactos comenzaron a incluir la voz de mujer pidiendo auxilio. 

"Más tarde, como eso de la media noche, por fin mis papás me localizaron, porque hablaron a mi trabajo. Cuando me encontré con ellos mi mamá estaba muy alterada y en la casa, volvieron a llamar por teléfono, pero como contesté yo, sólo me dijeron que estaban buscando a "Armando' y en seguida colgaron", platicó.

UNA REFORMA... ¿Y UN MARCO PARA DENUNCIAR?

Ante el panorama que se vive, por los crecientes casos de extorsión, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador busca hacer una reforma de ley que  de avalarse dotaría de facultades a los jueces para ordenar la prisión preventiva oficiosa, como medida cautelar, a quienes estén acusados extorsión.

Actualmente, la extorsión no se considera delito grave y por ello, no amerita que los presuntos extorsionadores tengan que quedarse tras las rejas en lo que se resuelve su situación legal. 

Pero, hoy, en lo que se hacen cambios a la ley, la situación grave, pues en unos casos parece que el delito se ha hecho 'costumbre' y ya no se denuncia

Un ejemplo es la señora Socorro, quien en entrevista recordó que en 2019 recibió una llamada en su casa, localizada en Xalapa, Veracruz. Al otro lado del teléfono, se encontraba un hombre que le decía que su hijo el más chico y había sufrido un accidente en la carretera.

Según el hombre, lo habían trasladado a un hospital particular debido a la emergencia, por lo que necesitaban con urgencia 5 mil pesos para que lo atendieran.

Doña Socorro, de 61 años, entró en crisis por la noticia, pero les dijo que no tenía modo de ir al banco, porque se encontraba a cargo de dos de sus nietos y no había nadie más con ella, a lo que el hombre respondió que no había problema, que ya iban en camino a su casa para que se los diera personalmente.

En ese momento a ella se le hizo extraño que dijeran eso, pues su hijo hacía un par de años que se había ido a vivir a Estados Unidos. 

Ya alertada, le preguntó al extorsionador cuál de sus hijos era, él respondió con precisión: le dio su nombre completo y su dirección de Estados Unidos, pero le dijo que habían viajado hasta México para darle una sorpresa, la cual había salido mal debido al accidente. La señora al recibir todos los datos correctos le creyó y le dijo que le daría el dinero.

No habían pasado ni dos minutos cuando llamaron de nuevo y le dijeron que estaban afuera de su casa. Ella dudó en abrir, pues quien se encontraba aguardando no era su hijo sino un desconocido.

Ante esa situación, la mujer le preguntó qué era él de su hijo y por qué no venía con él. El hombre se puso agresivo y entonces sacó su 'verdadero rostro': le dijo a Socorro que sacara el dinero si no quería que les pasara algo a ella y a los niños, y que no hiciera escándalos. 

Asustada, la señora no tuvo más que tomar el dinero de su renta y de sus servicios y dárselo. Nunca denunció.