Un equipo de investigadores reveló la sorprendente capacidad de supervivencia de unos organismos planctónicos gelatinosos, conocidos como 'medusas peine' o Mnemiopsis leidyi , que llegan a fusionarse entre dos individuos para seguir viviendo cuando resultan heridos.
El estudio publicado en la revista Current Biology, dio a conocer que los científicos observaron cómo, tras resultar heridos, dos individuos de 'medusa peine' sincronizan rápidamente sus contracciones musculares y fusionan sus sistemas nerviosos y aparatos digestivos para compartir el alimento y convertirse en un solo ejemplar.
Las Mnemiopsis leidyi son, en realidad, ctenóforos, no medusas. Aunque similares en aspecto, pertenecen a diferentes filos. Los ctenóforos se mueven utilizando estructuras alargadas que parecen peines, mientras que las medusas nadan contrayendo su estructura de campana. Los ctenóforos atrapan a sus presas con una especie de pegamento en su cuerpo.
El estudio comenzó cuando a los investigadores les llamó la atención un espécimen de un tamaño especialmente grande entre los ejemplares de Mnemiopsis leidyi que tenían en un tanque de agua de mar en el laboratorio.
Los científicos advirtieron que este ejemplar de más tamaño parecía tener dos extremidades posteriores y dos estructuras sensoriales en lugar de una, por lo que sospecharon que podría ser resultado de la fusión de dos animales.
Para averiguarlo, tomaron a otros individuos, los hirieron, extrayendo de ellos lóbulos parciales, y los colocaron juntos por parejas, viendo que en 9 de cada 10 ocasiones los dos ejemplares acababan fusionados en uno solo, que sobrevivía al menos 3 semanas tras la herida.
Un estudio posterior demostró que, tras una sola noche, los dos individuos originales se convertían en uno sin separación aparente entre ellos.
Cuando los investigadores pincharon en uno de los lóbulos, todo el cuerpo fusionado reaccionó con una respuesta de sobresalto lo que indicaría que los sistemas nerviosos de los dos individuos también quedaron completamente fusionados.
"Nos sorprendió observar que la estimulación mecánica aplicada a un lado del ejemplar fusionado provocaba una contracción muscular sincronizada en el otro lado", explica uno de los autores, el investigador de la Universidad británica de Exeter, Kei Jokura.
Con información de EFE.