Un camioncito sale del municipio de Nezahualcóyotl rumbo a la zona de Portales, en la CDMX. Al llegar a su destino, Leonardo Vargas González se alista, abre puertas y ventanas que deja ver la pequeña peluquería móvil con la que ya tiene agendadas varias citas de trabajo.
La camioneta cuenta con dos sillones de peluquería, un área de lavado de cabello, una mesa con los instrumentos de trabajo, grandes espejos y un sillón recubierto de vinil para los clientes que esperan su turno.
El negocio de Leonardo nació a raíz del desempleo, pues la barbería en la que laboraba cerró sus puertas tras el confinamiento ordenado por las autoridades en marzo de 2020 frente a los contagios de COVID-19, pero al igual que muchos comerciantes emprendedores, decidió arriesgarse y buscar una alternativa laboral que pudiera sacarlo adelante.
Según expertos, el cierre de pequeñas y medianas empresas durante los dos años de la pandemia fue el más grande de las últimas décadas y tal vez de la historia.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), poco más de 1.1 millones de pequeñas y medianas empresas tuvieron que cerrar sus puertas en 2020, debido a que no pudieron resistir los efectos económicos que generó la pandemia. Concretamente, el país pasó de tener, a principios del 2020, 4.9 millones de empresas a cerrar el año con 3.8 millones.
“Yo trabajaba en una barbería en la zona de Portales y me iba muy bien. Tenía muchos clientes. Al principio pensé que lo de la pandemia era algo pasajero, luego vimos cómo la afluencia de clientes empezaba a bajar y con las restricciones, paramos completamente. Al ver que había un futuro incierto, me hizo adaptarme a la situación de ese momento, pues aunque tenía miedo de los contagios, tenía la necesidad de trabajar”, dijo Leonardo.
En México existen aproximadamente 4 millones de unidades empresariales, de las cuales 99.8% son pequeñas y medianas empresas que generan 52% del Producto Interno Bruto (PIB) y 72% del empleo en el país.
Sin embargo, entre 2020 y 2021, en el punto más alto de la pandemia, se perdieron 12.5 millones de puestos de trabajo, reveló el Inegi, lo que representó un fuerte golpe a la economía tanto de los hogares como de todo el país.
Ante este panorama, miles de personas vieron en el emprendimiento una alternativa para salir adelante frente a la incertidumbre laboral, pues durante la pandemia abrieron 620 mil empresas ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Leonardo fue uno de los emprendedores durante la pandemia y utilizando sus ahorros y asociándose con su novia, compró un camión de carga que ya estaba adaptado como barbería, le hizo algunas reparaciones para que pudiera circular y se aventuró en su propio negocio.
Además de la compra del vehículo, los gastos incluyeron reparación del motor y caja de velocidades para que la peluquería fuera a dar servicio a domicilio y que la gente no saliera de sus casas.
De acuerdo al Termómetro Laboral de OCC Mundial, el 11% de los mexicanos comenzó su propio negocio desde el inicio del confinamiento con buenos resultados y el 14% intentó tener un negocio sin éxito.
La idea de Leonardo y su novia funcionó y poco a poco pudo recuperar a los clientes que atendía en el local y a quienes contactó y les ofreció el servicio de peluquería a domicilio.
Gracias a esto, familias enteras recurrieron a los cortes de cabello pues hubo clientes que ante el temor al coronavirus, demoraron más de un año para acudir a la peluquería; mientras que otros, viendo la facilidad que ofrecía, le llamaban cada 15 días.
A tres años de distancia, Leonardo sabe que la inversión valió la pena porque tiene todas las comodidades de una barbería tradicional y aunque ahora enfrenta las dificultades del tráfico y los pocos lugares para estacionarse, sigue cumpliendo a su cartera de clientes, quienes además de las comodidades, valoran el servicio y la atención que el peluquero les ofrece.