Vestida de blanco, Araceli veía cumplido su sueño de casarse por la Iglesia con su novio Marco Antonio, pero toda aquella felicidad de pronto se convirtió en una pesadilla cuando su pareja fue asesinada al salir del templo en la ciudad de Caborca, Sonora.
La mujer, que minutos antes llena de felicidad juró amor eterno a su prometido en el altar, de pronto pedía ayuda al ver su vestido salpicado de la sangre de su esposo luego de que él fuera atacado a balazos en la ciudad de Caborca, Sonora.
El crimen se registró la noche del sábado 22 cuando el ingeniero Marco Antonio Rosales, de 32 años de edad, se acababa de casar con Araceli, su novia en la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria. Al salir del templo, un hombre se acercó hacia el novio y le disparó en varias ocasiones para luego darse a la fuga entre la confusión. La víctima cayó al piso herida de muerte. Al sitio llegaron socorristas de la Cruz Roja, pero aunque se le brindaron los primeros auxilios al novio, ya nada se pudo hacer por el baleado, quien murió camino al hospital.
Según las autoridades de la Fiscalía de Sonora, el hombre que posteriormente falleció, identificado como Marco Antonio Rosales, era originario de Durango; sin embargo, vivía en Guadalajara, donde trabajaba como ingeniero de sistemas en una empresa.
Apenas un día antes se había trasladado a Caborca para casarse con su novia, por lo que algunas de las investigaciones apuntan a que el hombre pudo haber sido confundido con otra persona, pero la policía no descarta ninguna línea de investigación.
Tras este crimen que conmocionó a la sociedad de Caborca, el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, lanzó un llamado a los ciudadanos a no caer en la psicosis.
El mandatario aseguró que el ataque fue directo contra el novio en una boda, por lo que se debe descartar la idea de que “le puede pasar a cualquiera”.
