Luego de que se diera a conocer que José Ramón, uno de los hijos de Andrés Manuel López Obrador vivía en un lujoso fraccionamiento en Houston, Estados Unidos, el presidente aclaró que en su gobierno sis hijos no tienen ninguna influencia y criticó que se haya querido comparar con casos de corrupción de gobiernos anteriores.
"Ese fin de semana escándalo que un hijo mío José Ramón ya grande, casado, vivía en una residencia en Houston, queriendo equiparar, como diciendo son iguales, dónde está la austeridad. Carmen Aristegui casi lo comparaba con la Casa Blanca", criticó.
La semana pasada, Mexicanos contra la Corrupción reveló que José Ramón López Beltrán y su esposa, Carolina Adams, vivieron de 2019 a 2020 en una casa que se ubica en uno de los barrios más exclusivos de Houston, está construida sobre un terreno de más de 2000 mil metros cuadrados, cuenta con alberca y acabados en madera.
Además de que el inmueble pertenecía a Keith L. Schilling, quien fue alto ejecutivo de Baker Hughes, compañía petrolera que tiene contratos vigentes con el gobierno de López Obrador por más de 151 millones de dólares en obras para Pemex.
Ya en 2021, la pareja se habría mudado a la localidad de Cypress, Texas, a una residencia de dos pisos, recién construida y registrada a nombre de Carolyn Adams, con un valor equivalente a 7.6 millones de pesos.
Al respecto, el presidente criticó a los medios de comunicación y ha comunicadores como Carlos Loret de Mola y Brozo por "hacer un escándalo" y aseguró que su familia no tiene ningún poder dentro de su gobierno.
"Nada más decir, primero, que en este gobierno no tienen influencia mis hijos, no se les dan contratos a ningún recomendado. En el asunto del matrimonio, pues ahí está complicado meterse, ellos se casaron y al parecer la señora tiene dinero, pero no tiene nada que ver con el gobierno, ni un contrato, ni una recomendación, no somos iguales", aclaró.
Señaló que para él, la honestidad es lo que más estima en la vida, "no me importa el dinero y tampoco tengo tanto apego al poder porque este sólo vale la pena cuando se pone en favor de la virtud".
También mencionó que hay que reconocer que no todas las personas que cuentan con riqueza económica son malvadas, pues muchos han construido su patrimonio con esfuerzo y no con la corrupción.
"Vamos hacia adelante aunque no le guste a los que se sentían dueños de México, a la prensa vendida y a los alcahuetes de la corrupción. Vamos con el pueblo, confiando en su lealtad".