Las fuerzas rusas lanzaron a primera hora del viernes una andanada de ataques con misiles y drones contra objetivos en el este y el sur de Ucrania en una ofensiva que, según Kiev, llevaba días gestándose y parecía acelerarse antes del primer aniversario de su invasión.
Las tropas del Kremlin centraron sus bombardeos en la región industrial del este del país, especialmente en las privincias de Luhansk y Donetsk, que conforman lo que se conoce como el Donbás, explicó el ejército ucraniano. Allí, los separatistas apoyados por Moscú se enfrentan a las fuerzas gubernamentales desde 2014.
Los ataques apuntaron también a Kiev y Leópolis, cerca de la frontera occidental de Ucrania con Polonia, y alcanzaron infraestructura crítica en Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, en el noreste, donde siete personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad, según el gobernador regional Oleh Syniehubov.
Las sirenas antiaéreas sonaron en gran parte del país. La Fuerza Aérea ucraniana dijo que sus defensas derribaron cinco misiles Kalibr y cinco drones de fabricación iraní.
El secretario de la municipalidad de Zaporiyia, Anatolii Kurtiev, afirmó que la ciudad fue alcanzada 17 veces en una hora en lo que, según dijo, fue la ofensiva más intensa desde el inicio de la invasión rusa hace casi un año, el 24 de febrero.
Los bombardeos podrían ser una medida rusa para ablandar las defensas aéreas ucranianas antes de la operación terrestre que, según Kiev, se estaría preparando en el este para asegurar las zonas que Moscú ha anexado ilegalmente. El Kremlin asegura que la población ha acogido de buen grado la anexión.
En la región de Donetsk, funcionarios locales informaron que las fuerzas rusas lanzaron operaciones ofensivas con efectivos adicionales. “Hay una escalada diaria y los ataques rusos se están activando en toda la región”, declaró el gobernador, Pavlo Kyrylenko.
En la provincia de Luhansk, el ejército ruso trata de atravesar las defensas ucranianas, según el gobernador regional Serhii Haidai.
“La situación se deteriora, el enemigo ataca constantemente, los rusos traen una gran cantidad de equipo pesado y aviones”, agregó Haidai.
Las posiciones en el campo de batalla han cambiado poco desde hace semanas.
Los ataques imprimieron una sensación de urgencia a los pedidos ucranianos para recibir más ayuda militar de sus aliados occidentales. Esto llevó al presidente, Volodymyr Zelensky, a realizar un inusual y arriesgado viaje de dos días al extranjero para presionar a sus colaboradores.
Debido a la amenaza de un ataque con misiles, se aplicaron cortes de electricidad en la ciudad de Kiev y en las regiones de Kiev y Dnipropetrovsk, según el operador energético privado DTEK.
El máximo responsable del gobierno de la capital, Serhii Popko, dijo que “hay una gran amenaza de un ataque con misiles” ante la presencia en el aire de bombarderos estratégicos Tu-95, que pueden llevar misiles de crucero a bordo.
Por su parte, el gobierno de la ciudad de Krivói Rog confirmó un ataque ruso con misiles e instó a la población a dirigirse a los refugios antiaéreos.
En Járkiv, las autoridades seguían tratando de recopilar información sobre los daños personales y materiales causados por la ofensiva y su alcalde, Ihor Terekhov, informó que habría cortes en los servicios de calefacción, electricidad y agua corriente.
Según los analistas militares, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, espera que disminuya el respaldo de Europa a Ucrania.
Las ambiciones de Moscú se han reducido desde que lanzó la invasión con el objetivo de tomar Kiev e instalar un gobierno títere. Ahora se concentra en lograr el control total de la región de Donbás.
Numerosos reveses en el campo de batalla y la pérdida de zonas del este que había capturado han desconcertado a Putin.