Enrique Quintana: En la inflación, ya se ve la luz al final del túnel

Las buenas señales no significan que haya la certeza de que no tengamos ya más presiones
Las buenas señales no significan que haya la certeza de que no tengamos ya más presiones
La inflación.Las buenas señales no significan que haya la certeza de que no tengamos ya más presiones
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Enrique Quintana
Director General Editorial de El Financiero.
2022-08-11 |07:11 Hrs.Actualización07:11 Hrs.

Pareciera que ya hay luz al final del túnel y que estamos ya muy cerca de empezar a ver un cambio de tendencia en la inflación.

Es el principal problema económico de México y del mundo.

Le expongo algunos datos y enseguida vemos los que éstos significan.

1- El índice de precios al consumidor de la segunda quincena de julio fue de 8.14 a tasa anual. El dato de la primera quincena de julio fue de 8.16 por ciento y de la segunda quincena de junio, de 8.09 por ciento.

La baja es muy marginal, pero pareciera -solo pareciera- que hemos llegado al tope.

2- El índice de precios al productor para bienes y servicios intermedios retrocedió de manera significativa. En el mes de junio este indicador tuvo un alza a tasa anual de 13.4 por ciento mientras que en julio el ritmo de incremento fue de 12 por ciento. Pareciera que se está desacelerando el alza de los costos.

3- El índice de precios al consumidor en Estados Unidos, que se dio a conocer ayer, tuvo un incremento anual de 8.5 por ciento frente a un nivel de 9.1 por ciento correspondiente a junio, lo que pareciera reflejar ya un techo en el crecimiento de los precios.

4- El índice de precio de las materias primas, de Bloomberg, al día de ayer, tiene una tasa de crecimiento anual de 28.8 por ciento. Hace tres meses, la tasa era de 39 por ciento. Sí, las presiones siguen muy elevadas, pero gradualmente se van amortiguando.

Las buenas señales en materia de inflación no significan que haya la certeza de que no tengamos ya más presiones.

Estamos en un mundo tan incierto que quien asegure que ya no habrá más inflación en el futuro... es que está mal informado.

No sabemos aún cuál puede ser la repercusión de la nueva tensión política entre Estados Unidos y China, a raíz del viaje de Nancy Pelosi a Taiwan.

Tampoco tenemos una idea clara de lo que vaya a ocurrir con el conflicto entre Rusia y Ucrania en los siguientes meses.

Menos aún tenemos claridad de los efectos del cambio climático que ya está ocurriendo en los resultados de las cosechas de granos en el mundo, que determinarán en buena medida el precio de los alimentos.

Vaya, y eso por no citar a México.

El resultado inflacionario ha dependido en buena medida del subsidio a los precios de las gasolinas, que no puede durar para siempre.

El escenario base de la mayoría de los analistas es que ya no habrá incrementos (mes contra mes previo) de los precios de los hidrocarburos y sus derivados.

Pero, en este mundo tan inestable, nadie puede asegurarlo.

Por lo pronto, y sobre la base de los factores que ya conocemos y otros que son previsibles, pareciera que las presiones inflacionarias están llegando al techo, el cual quizás pudiera darse en México en niveles de agosto o incluso en los ya registrados de julio.

Eso no va a ser suficiente para que el Banco de México sea disuadido el día de hoy de hacer un incremento fuerte de las tasas de interés que será probablemente del orden de 0.75 por ciento, para llevar la tasa de referencia a 8.5 por ciento.

Hay un cambio importante respecto a la perspectiva de hace un mes o poco más. Antes no había claridad respecto al punto en cuál ya se evidenciará un cambio en la tendencia inflacionaria.

Hoy, ya parece haber suficientes evidencias para saber que ya llegamos al tope o estamos por hacerlo.

Claro, la inflación no bajará rápido. Tampoco dejarán de aumentar las tasas, aunque lo harán a un ritmo menor.

Como dicen los adagios: la inflación subió por elevador y bajará por escalera.

Pero, por los menos, ya se ve luz al final del túnel.