Enrique Quintana: ¿Hasta dónde va a llegar Valdimir Putin?

Aunque el presidente de Rusia no es un admirador de Lenin, en cierta medida es su heredero
Aunque el presidente de Rusia no es un admirador de Lenin, en cierta medida es su heredero
Putin.Aunque el presidente de Rusia no es un admirador de Lenin, en cierta medida es su heredero
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Enrique Quintana
Director General Editorial de El Financiero.
2022-03-01 |07:11 Hrs.Actualización07:11 Hrs.

¿Por qué invadió Vladimir Putin a Ucrania?

Responder a esta pregunta es fundamental para poder también dar contestación a la que formula el semanario The Economist en su edición de esta semana: ¿hasta dónde va a llegar Putin?

El líder ruso explicó con claridad hace algunas semanas que en su visión, el origen del problema se originó en los tiempos de Lenin, cuando el dirigente comunista aceptó que Ucrania se separara de Rusia, como parte de la estrategia para consolidar el poder bolchevique en su país y evitar la guerra con occidente.

Sin embargo, Putin considera que Ucrania es parte de su país y que debe ser reintegrado.

Probablemente, en esta ofensiva militar no busque ese objetivo de manera directa sino a través de la instalación de un régimen pro ruso en ese país y de la aceptación de que se separen de Ucrania las áreas que forman el llamado Donbass.

Para Putin no es negociable una Ucrania perteneciente a la Unión Europea, como ayer lo solicitó el presidente Zelenski y menos aún cercana a la OTAN.

Eso no explica el momento en el que ocurrió la invasión.

Desde el año 2014, cuándo se dio la separación de Crimea y su ocupación por las fuerzas rusas, podría haber ocurrido una ofensiva militar como la que hoy vemos.

El hecho de qué no se haya presentado esa ofensiva bélica tiene que ver con la coyuntura internacional.

Putin considera que hoy tiene un contexto más favorable, pese a las apariencias de que está aislado.

Es obvio que en los escenarios de crisis que debió haber explorado la élite rusa estaba el conjunto de sanciones que occidente le está aplicando.

Hay quien piensa que Putin podría estar muy preocupado por el efecto interno de ellas en su país.

Un autócrata sabe que en determinadas circunstancias puede tener consigo el respaldo de la gente y en otras ocasiones no. Y, eso no es determinante. Al final, su poder no deriva del respaldo popular.

Por lo mismo, puede tomar las decisiones que a su juicio sean pertinentes.

Aunque Putin no es un admirador de Lenin, en cierta medida es su heredero.

Es alguien que sabe que las masas no tienen conciencia de lo que les conviene y presume que él es quien posee el conocimiento y la capacidad de imponer su voluntad para hacer que ocurra lo que conviene a su pueblo.

Por eso, para Putin es innegociable Ucrania.

Si no gana la guerra sabe que puede ser su naufragio.

Por esa razón va a ir por todo.

Consideró que la debilidad y división occidental en este momento eran el momento propicio.

Pero, al mismo tiempo, entiende que una dolorosa invasión con miles de bajas en ambos bandos y una carnicería en las ciudades, le va a implicar también un desastre en Rusia.

Pero, creo que eso no le asusta. Puede lidiar con el descontento a través de la represión y piensa recuperar parte de lo perdido en su alianza con China.

Su perfil es conocido entre los círculos policiales.

Se trata de aquel terrorista que lleva consigo una bomba atada al cuerpo y que tiene la capacidad para negociar sus condiciones o hacer explotar el artefacto.

Putin puede parecerle a algunos un loco. No creo que lo sea.

Me parece que es un jugador de la estrategia internacional que está llevando las cosas al extremo, apostando a que sus contrincantes son suficientemente timoratos para no responderle y sobre esa base ganar espacios para negociar pues no piensa realmente hacerse explotar.

Putin no quiere la guerra con Estados Unidos, lo que desea es que le dejen ser la Gran Rusia, reconquistando territorios y volviendo a convertirse en un país que no solamente es una potencia militar sino que también es una potencia económica y estratégica.

El problema es que sus aspiraciones son del siglo XIX cuando estamos ya en el siglo XXI.

Esperemos que el choque con la realidad no haga al terrorista detonar su explosivo.

Nadie sabe cuáles serían las consecuencias.