La Cámara de Diputados aprobó una Ley de Ingresos que supone un crecimiento de la economía en 2022 de 4.1 por ciento y esta semana también la aprobará el Senado sin modificar esta estimación.
La previsión de la Secretaría de Hacienda es notoriamente superior al del consenso de los analistas.
En la encuesta quincenal que realiza Citibanamex entre especialistas, la estimación es de 3.0 por ciento.
Si la economía se comportara el próximo año más bien de acuerdo con las previsiones de los expertos y no como estima Hacienda, habría una diferencia de 1.1 puntos en el resultado del PIB.
De acuerdo con los propios cálculos de Hacienda, eso implicaría una pérdida de 43 mil 646 millones de pesos directamente en la captación de impuestos.
Pero, hay un factor que puede equilibrar esa merma.
El Paquete Económico aprobado también consideró un precio promedio del petróleo de 55 dólares por barril.
Es probable que el resultado real sea superior, salvo que hubiese una drástica caída de los precios de los hidrocarburos el próximo año.
Una estimación más cercana a la realidad quizás sería de 60 dólares. En ese caso, los cálculos de Hacienda estiman que podría haber 67 mil 940 millones de pesos de recursos adicionales, lo que más que compensaría una posible pérdida de ingresos derivada de un menor crecimiento económico.
Es decir, mientras que, por un lado, parece haber una sobreestimación del crecimiento que afectaría negativamente los ingresos, del otro hay una subestimación del precio del crudo que podría propiciar que tuviéramos ingresos mayores que los previstos.
Así que, en realidad, el Paquete Económico no parece estar en riesgo por estos elementos.
¿Qué es lo que sí podría tener un efecto más grave en los resultados fiscales para 2022?
Una nueva caída de la inversión privada que pudiera darse en caso de aprobarse la reforma constitucional en materia eléctrica.
Actualmente la inversión privada representa aproximadamente el 85 por ciento de la inversión total, por lo cual, si se viene para abajo, no habría margen para compensarla con mayor inversión pública, pues pesa demasiado.
En los primeros dos años del sexenio hubo una caída acumulada de la inversión fija bruta de 21.2 por ciento. Hasta el mes de julio de este año, el ritmo promedio de crecimiento de esta variable es de 11.7. Si así terminara el año, estaría todavía 12 por ciento por debajo de la de 2018.
Una nueva caída en 2022 podría afectar muy seriamente al crecimiento de la economía, produciendo un resultado mucho más pobre que el esperado.
Hasta ahora, el escenario más previsible es que la reforma eléctrica no pase en los términos que hasta ahora se han propuesto.
La senadora del PRI, Claudia Ruiz Massieu, nos comentó en La Silla Roja, de El Financiero Bloomberg TV, que al menos en el Senado, hay una mayoría clara de priistas en contra de la propuesta.
Morena y sus aliados tienen 75 legisladores (si se excluye a dos senadoras del PT y a uno de Morena que se sumaron a un grupo independiente). Se requieren 81 votos para aprobar una reforma constitucional.
Aun sumando a los tres senadores que se fueron, no son suficientes votos.
El PRI cuenta con 13 senadores. Sería necesario que tres votos se sumaran a tres independientes para lograr pasar la reforma, lo que en este momento no se ve fácil.
Si la reforma no pasa, probablemente no haya riesgos mayores para obtener las metas fiscales para el 2022. Si pasa, entonces, estará en riesgo incluso el grado de inversión de la deuda soberana de México.