Robbie Whelan, reportero de The Wall Street Journal, que escribió, junto con Rebecca Elliot, una historia sobre la reducción de las importaciones de gasolina, escribió un tuit el sábado para aclarar el sentido de su texto.
“Muchos twitters en México está retuiteando la historia (de WSJ) como una evidencia de que AMLO causó la crisis de la gasolina con el propósito de recortar las importaciones de combustible y crudo ligero usando el combate al huachicol como un pretexto. Urjo a que se suscriban al WSJ porque eso no es lo que la historia dice”.
A lot of Mexican Twitter is retweeting this story as proof that AMLO caused the gasoline crisis on purpose by cutting imports of U.S. fuel and light crude, and is using the huachicol crackdown as a pretext.
— Robbie Whelan (@RWhelanWSJ) 12 de enero de 2019
I urge you all to subscribe to @WSJ b/c that's NOT what the story says. https://t.co/ClK2oaif8O
Cosa de no mezclar causas y efectos. La lentitud, en días recientes, en la descarga de barcos que traen importaciones de gasolina en el Golfo de México, deriva del problema causado por el cierre de ductos, que ha generado lentitud en el transporte, y es evidencia de la insuficiente infraestructura de almacenamiento que tenemos, pero no quiere decir que el combate al huachicoleo sea un pretexto para encubrir los efectos de la decisión de reducir las importaciones de gasolinas, decisión que simplemente no existe.
AMLO desmintió la afirmación de que las importaciones se hayan reducido, pero no ofreció ningún dato, como no lo ha hecho Pemex.
Avance sobre el operativo contra el robo de combustible a la nación https://t.co/OGwUyO7MUy pic.twitter.com/yzkC97Gb1G
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) 12 de enero de 2019
Si uno observa las variaciones mensuales en el comportamiento de las importaciones de gasolina, encuentra fuertes fluctuaciones. Por ejemplo, en julio de 2017 crecieron respecto a junio en 18%; en enero de 2018 cayeron en 11.6% respecto a diciembre, sólo por citar dos ejemplos.
Y si se trata de días individuales o incluso semanas, las variaciones pueden ser mucho mayores, así que en realidad es poco confiable un comparativo de las importaciones de enero y aun las cifras de diciembre habrá que tomarlas con reservas.
La fuente que refiere WSJ, Clipper Data, ofrece estimados basados en algoritmos y datos que ofrecen proveedores. Pero tampoco son cifras oficiales.
El clima político existente, sin embargo, da lugar a conjeturas que no se pueden sostener, como la que el propio reportero de WSJ tuvo que desmentir y que señalaba que el reportaje era una prueba de que el desabasto de gasolina en las estaciones de servicio era resultado de la cancelación de importaciones de gasolinas y no efecto del cierre de ductos, que fue una de las piezas del combate a la ‘industria’ del robo de combustible. No la única por cierto.
Hay corrientes de opinión que pretenden hacer aparecer la gestión de AMLO como absolutamente incompetente y hasta malévola.
La realidad es que, sin duda en el caso de la distribución de gasolinas hubo incompetencia y también una curva de aprendizaje, pero se inventó el desabasto.
Pero en el caso del combate al huachicoleo, hay que reconocer que ningún gobierno anterior asumió su combate frontalmente y hubo un cierto grado de tolerancia a esta actividad ilegal por los costos sociales y políticos que representa enfrentarlo.
Quizás el error más serio de todos, y el que hace factible que haya críticas recurrentes hacia AMLO, tenga que ver con la comunicación.
Simplemente con que Pemex o Sener dieran a conocer las cifras de importación disponibles y explicaran la dinámica que han tenido, sería suficiente para zanjar la polémica.
El no hacerlo crea la sospecha de que hay algo que quiere ocultarse y desata las especulaciones.
La palabra del presidente no es suficiente, se requiere que además, haya datos.
¿Será mucho pedir?