Las mujeres se apoderan de la CDMX para gritar: ¡Justicia!

Miles de mujeres acudieron al zócalo capitalino para exigir alto a la violencia de género
Miles de mujeres acudieron al zócalo capitalino para exigir alto a la violencia de género
México feminicida.Miles de mujeres acudieron al zócalo capitalino para exigir alto a la violencia de género
Cuartoscuro
Elidet Soto
Nación321
2020-03-09 |07:20 Hrs.Actualización07:20 Hrs.


CREEMOS QUE IMPORTA POR...

Porque nos están matando...

La marea morada se apoderó de la Ciudad de México este 8 de marzo. Las mujeres mexicanas tomaron las calles de la capital para exigir justicia por los miles de feminicidios que se han registrado en los últimos años, un alto al acoso sexual y la erradicación de la violencia de género.

Entre pañuelos verdes, paliacates morados y pancartas, se escuchaban los gritos de guerra: "Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente", "¡Alerta, alerta, alerta que camina… la lucha feminista por América Latina!" o “Policía escucha, tu hija está en la lucha”, eran entonados con alegría, con coraje y también con esperanza.

Desde medio día, el Monumento a la Revolución recibió a los diversos contingentes que integrarían la megamarcha para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. 

Hubo espacio para todas: las madres cuyas hijas fueron víctima de feminicidio, las estudiantes, las abuelas, las periodistas, las activistas políticas y también las compañeras anarquistas. 

En punto de las 14:00 horas los primeros contingentes avanzaron hacía Avenida Juárez entre cánticos, brillantina morada, pancartas y bengalas de humo que tiñeron el aire de verde, morado y rosa. Las capitalinas estaban listas para marchar y derrocar al sistema patriarcal.

A su paso, las manifestantes eran observadas por tierra a través de las lentes de los fotógrafos y los celulares de los curiosos, mientras que por aire, los drones y helicópteros eran testigo de cómo cerca de 80 mil mujeres se apoderaron de la ciudad.

El grupo de seguridad Atenea, conformado exclusivamente por mujeres, se desplegó por toda la zona, especialmente en los negocios y los monumentos. 

El primer cuadro del Centro Histórico se blindó con vallas metálicas, las cuales fueron testigo del enojo de muchas mujeres que se desahogaron pintando los muros.

Al fondo, los gritos: "Ni una más, ni una asesinada más” “¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos!”

Las mujeres que se denominan anarquistas se separaron de los diversos contingentes y corrían a los negocios que mantenían sus cortinas cerradas. Ellas, de negro y encapuchadas, fueron el lado B de la marcha. 

Un estruendo se escuchó en la calle abarrotada de feministas: ¡Pum, pum, pum! Un martillazo aquí, un martillazo acá, el muro de metal calló, pero los cánticos no paraban: "Va caer, va caer, el patriarcado va caer". 

Las anarquistas pedían a hombres no tomar fotos, pero mantenían su distancia con el resto de los contingentes que marchaba de manera pacífica.

Restaurantes con los vidrios rotos, puestos de periódicos pintarrajeados y las vallas de contención en el suelo fueron el rastro que dejó el contingente separatista.

"Para atrás, para atrás, las que no quieran violencia que se echen para atrás" gritó una joven ataviada con una camisa a cuadros y paliacate verde amarrado al cuello.

"No violencia, no violencia", gritaba otro contingente. 

Cerca de las 16:00 horas las primeras manifestantes llegaron a la plancha del zócalo, ahí las esperaba un templete y cientos de nombres pintados el piso como un recordatorio más de por qué se marcha y se exige.

Mientras algunas tomaban la palabra justo delante de la Puerta Mariana de Palacio Nacional, otro grupo hizo su propio performance.

Quemaron algunas tarimas de madera y se subieron a una estructura metálica para enarbolar la bandera anarquista teñida de negro y morado. Los cánticos seguían, la marcha poco a poco se concentraba en el corazón de la capital.

Una nube de humo y fuego llamó la atención, fueron un par de petardos que lanzaron a las puertas del Palacio Nacional.

"Calma, calma" gritó la mujer en el templete. Pero los momentos de caos se apoderaron de una parte de la marcha debido a que el petardo alcanzó a una fotoperiodista. 

Las ateneas cerraron filas delante de la puerta Mariana, mientras algunas manifestantes se plantaron frente a ellas, apenas separadas por una cuerda sostenida por la Brigada de Paz Marabunta. Por unos minutos la tensión se apoderó del espacio, pero poco a poco las manifestantes se replegaron.

Del otro lado de la plancha, más contingentes se acercaban al zócalo para culminar el ritual que comenzó a medio día. Ahí, en el corazón de la CDMX ya no importó el contingente sino la lucha que las unía, todas se apoderaron de un espacio en el Zócalo para gritar lo que les dolía.

"Marchamos por las que no están, por las que quedan y por las que vienen".