¡Por fin! El nuevo ciclo escolar inicia este lunes 29 de agosto para todas las escuelas públicas y privadas de educación preescolar, primaria y secundaria con clases 100% presenciales.
La gran incógnita sobre cómo regresan los estudiantes tras dos años y medio pandemia está en el aire, pues el aprendizaje a distancia no fue fácil.
Pero... ¿cuáles son los grandes retos que enfrentarán los alumnos, alumnas y docentes? Aquí te lo contamos.
Recientemente, Delfina Gómez Álvarez, extitular de la Secretaría de Educación (SEP), refirió que después de la crisis sanitaria, otros desafíos no menos importantes, son:
Por su parte, la actual titular de la SEP, Leticia Ramírez Amaya, coincidió en que, ahora con el regreso a clases presenciales, uno de los grandes retos es recuperar la matrícula faltante.
"No por una cuestión de números, sino por la oportunidad que significa la educación para la vida de niñas, niños adolescentes y jóvenes, así como lograr las trayectorias educativas continuas, pero también hay que continuar con acciones preventivas y de prevención para los diversos tipos de enfermedades en todos los planteles educativos", comentó.
Rezago en aprendizaje
De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, la pandemia causó en México un rezago que equivale a dos años de escolaridad. Antes de la contingencia sanitaria los mexicanos alcanzaban, en promedio, aprendizajes correspondientes a tercero de secundaria. Hoy su conocimiento llegará solo al equivalente a primero de secundaria.
Cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo, detallan que por lo menos 628 mil jóvenes entre 6 y 17 años han interrumpido sus estudios debido a la crisis económica derivada de la pandemia; es decir; "una disminución de esta magnitud, significa un retroceso de 13 años en el nivel de asistencia escolar".
El rezago educativo puede tener consecuencias trascendentales para los trabajadores y la competitividad del país, consideró el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que en los próximos 80 años este fenómeno le podría costar a México un monto acumulado de hasta 136% del PIB de 2019.
"Esto implicaría que el país dejaría de producir hasta 1.7% del PIB cada año, o un monto similar al gasto total ejercido por la SEP en 2019", detalló la organización.
Deserción
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala en su encuesta de medición del impacto de la COVID-19 en la educación (ECOVID-ED), que alrededor de 5.2 millones de alumnos entre los 3 y los 29 años desertó para el inicio del ciclo 2020-2021, es decir, 9.6% de la población total en ese rango de edad.
Cifras de la Secretaría de Educación Pública reconocen al menos 270 mil deserciones de estudiantes de nivel básico en 2021, pero organismos privados como el IMCO estimaban el año pasado que más de 628 mil alumnos habían abandonado sus estudios por factores relacionados con la pandemia.
Mientras que el Banco Mundial consideró que se trata de 2.5 millones de casos.
Dentro de las principales brechas que se exacerbaron, y que estaban presentes antes de la contingencia sanitaria, se encuentran:
Salud física y emocional
Otro de los temas que el regreso a clases tiene como prioridad, es la salud física emocional de los estudiantes y profesores.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recomienda que "las escuelas implementen programas de convivencia y habilidades psicoemocionales” por medio de la capacitación docente, que permita el correcto manejo del estrés y ansiedad, con herramientas que permitan una mejor educación socioemocional.
Esto es aplicable en cualquier nivel educativo, ya que estos problemas son visibles en cualquier edad, nivel económico y cultural.
Datos de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU) muestran que 1 de cada 5 personas que viven en conflicto tiene un trastorno mental.
Estrés, depresión y ansiedad son algunos de los síntomas más habituales presentados por estudiantes y docentes durante el confinamiento por COVID-19.
Rezago en la socialización
La experiencia en un salón de clases, donde se genera la interacción social, la aceptación, la competencia, el juego, fue un lugar desierto por el tiempo que duró el confinamiento, ya que todos los alumnos de nivel básico estuvieron una educación a distancia.
De acuerdo con un estudio de las investigadoras de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), Paula Rodríguez González, directora de las Licenciaturas en Pedagogía e Innovación Educativa y Psicopedagogía; y Gabriela Croda Borges, directora de los Posgrados de Educación, la principal característica de la escuela es generar el espacio para socializar, incluso, más allá del conocimiento académico que es fácil de encontrar ahora con internet y un poco de interés del estudiante. Por ello, la socialización han tenido un rezago importante
Incluso, hay quienes aún tienen miedo de asistir a clases presenciales por la interacción directa con otros estudiantes; sin embargo, las autoridades educativas consideran importante el regreso a las aulas para que esta situación se erradique y los niños, jóvenes y adolescentes puedan llevar en calma una etapa importante como la de hacer amigos.
Este estudio destacó que los estudiantes llegan a las aulas con miedo al ambiente de socialización después de pasar dos años encerrados en sus casas y de que se les dijo que afuera estaba la posibilidad de contagios con COVID-19.