Porque construir el muro no es tan fácil como parecía
Antes de que alguien imaginara que Donald Trump llegaría a la Casa Blanca con un proyecto para construir un muro, Estados Unidos ya tenía una cerca en la frontera... y el gobierno todavía la está pagando.
Mientras el presidente Trump trata de convencer al congreso de que le dé miles de millones de dólares para construir su muro en la frontera con México, los abogados del gobierno estadounidense siguen en disputa con varios terratenientes texanos, quienes entablaron demandas en torno contra una cerca aprobada hace más de diez años.
Las batallas legales en torno a la cerca, en apenas un tramo de la frontera con México, han durado más de dos presidencias. Si el gobierno de Trump insiste en sus planes de construir el muro, una de las principales promesas de campaña del magnate, tal vez tendría que demandar a cientos de terratenientes texanos.
En 2006, el entonces presidente George W. Bush firmó la llamada Secure Fence Act (Ley de Cerca Segura), con el apoyo de muchos legisladores demócratas, que asignó fondos para la construcción de aproximadamente un tercio de los tres mil 200 kilómetros de frontera entre Estados Unidos y México.
Al final, solo se instalaron cercas por un total de mil 43 kilómetros, de los cuales 160 km pasan por Texas, el estado que tiene la frontera más larga con el vecino del sur. El cauce irregular del río Bravo, el terreno accidentado y la propiedad privada crearon una multitud de obstáculos mecánicos y legales y se requirieron cientos de tratos con propietarios para quitarles parte de sus tierras.
(Foto: AP)
El gobierno federal de Estados Unidos puede recurrir al poder de dominio eminente para expropiar propiedad privada con fines de utilidad pública a cambio de lo que la Constitución llama una "compensación justa", pero el proceso puede demorar años si el propietario decide apelar. El departamento de Justicia inició unas 400 demandas bajo la ley de la cerca fronteriza de 2006, aunque no se le instaló en todas las tierras reclamadas.
Algunos terratenientes que resistieron con éxito durante una década recibieron nuevas ofertas en los últimos meses, lo que despierta el interrogante de si las demandas por la cerca supondrán un obstáculo en el camino hacia su construcción. El departamento de Justicia dice que no ha iniciado casos relacionados con el muro y que se compromete a resolver mediante acuerdos los 90 casos pendientes.
"NOS PAGARON MIGAJAS"
Esta semana, el gobierno de Estados Unidos ya resolvió dos demandas de terratenientes inconformes con la construcción de la cerca fronteriza de hace más de diez años.
Un acuerdo resuelto esta semana pagó 137 mil 500 dólares al propietario de seis mil metros cuadrados junto al río Bravo al oeste de Brownsville, cerca de un campo de golf. El gobierno no instaló la cerca en el campo, pero sí en las tierras vecinas. Después de una década de discusiones se llegó a un acuerdo sobre la compensación.
"Es sumamente frustrante para el terrateniente tener que esperar nueve años para resolver un caso y que el gobierno se apodere de su tierra mucho antes de pagarle un solo dólar", dijo Ken McKay, un abogado representante de la sociedad familiar propietaria del terreno.
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El otro caso resuelto fue el de Rudy Cavazos, quien recibió siete mil dólares el mes pasado por un terreno de unos dos mil metros cuadrados en su propiedad en San Benito, Texas. El gobierno había levantado una cerca a lo largo del río Bravo con permiso de la autoridad hídrica local, creyendo que la tierra era de su propiedad, para descubrir luego que pertenecía a una veintena de propietarios, Cavazos entre ellos.
Tras varios años sin avance, a fines de 2016 Cavazos decidió aceptar un acuerdo porque estaba harto de hablar con abogados del gobierno e ir al tribunal.
"Me pagaron migajas", dijo. "Es la burocracia multiplicada por 10. Tienen un tipo que suele venir a hablar conmigo y diablos, le pagan por eso".
¿QUÉ DICEN LOS ESPECIALISTAS?
Tres especialistas en derecho dijeron a The Associated Press que la ley de la cerca autoriza al gobierno de Trump a construir algo nuevo y más grande en tierras adquiridas para la cerca. Se podría argumentar que una barrera similar a la clase de muro prometido por Trump durante la campaña sería una versión actualizada de la cerca existente.
En última instancia, si el gobierno quiere construir algo más grande o que ocupe más frontera, probablemente tendrá que comprar más tierra y tal vez iniciar cientos de demandas.
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Si bien no está claro cuál será su forma definitiva, el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, dijo el mes pasado que difícilmente irá "de costa a costa".
Con cientos de terratenientes y abogados dispuestos a enfrentarlo, reemplazar la actual cerca fronteriza con un muro tomará más tiempo y será más difícil de lo que pensaba el presidente, aseguraron los expertos.