Enrique Quintana: Negociar la relación, no sólo el TLCAN

El presidente Enrique Peña Nieto se reunirá con Donald Trump este 31 de enero
El presidente Enrique Peña Nieto se reunirá con Donald Trump este 31 de enero
Negociaciones.El presidente Enrique Peña Nieto se reunirá con Donald Trump este 31 de enero
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Enrique Quintana
Director General Editorial de El Financiero.
2017-01-24 |06:59 Hrs.Actualización06:58 Hrs.

Es muy diferente emprender la renegociación de un tratado comercial, que poner sobre la mesa una relación bilateral entre dos naciones, con todos sus ingredientes y todas sus aristas.

A mi juicio, en el pronunciamiento que ayer hizo el presidente Peña respecto a las directrices de la renegociación con el gobierno de Trump, eso fue lo más importante.

Literalmente, lo que dijo Peña fue lo siguiente: “México tratará de manera abierta y completa todos y cada uno de los temas de nuestra relación. Llevaremos a la mesa todos los temas: el comercio sí, pero también la migración y los temas de seguridad; incluyendo la seguridad de la frontera, las amenazas terroristas y el tráfico ilegal de drogas, armas y efectivo.”

¿Por qué es relevante este planteamiento? Porque la urgencia de renegociar el TLCAN es del gobierno de EU, no de México. 

La respuesta que dice: sí aceptamos renegociar, pero discutiendo también migración y seguridad, nos da ventajas.

Esto es mejor que negociar cada tema por separado porque en conjunto, Estados Unidos, nos necesita más.

Una visión sostenida anteriormente, tanto en este sexenio como en administraciones previas, era que no se quería “contaminar” la relación comercial con el resto de ámbitos de la relación bilateral.

¿Qué riesgos y oportunidades ofrece la negociación de conjunto de todos los temas?

La oportunidad es que se puedan conseguir ventajas comerciales o en el terreno migratorio, a cambio de concesiones en el ámbito de la seguridad, por ejemplo.

El riesgo es que la negociación se vuelva tan compleja y tenga tantas aristas y variables que no se logre concretar nada.

El arte de negociar, recordando el título del más célebre libro de Trump, es encontrar los balances que nos sean más favorables.

Esto implica lograr que la contraparte dé ventajas que no daría sin la aproximación propuesta, pero evitando que en algún momento se estire tanto la liga que al final la negociación derive en confrontación.

¿Qué hacer si el gobierno de Estados Unidos hace demandas incumplibles en cualquier ámbito o si no acepta temas esenciales para México?

Hay que estar listos para aplicar la misma filosofía que ha planteado Trump: si los términos de la renegociación del TLCAN no son los que a México convienen, hay que plantear el escenario de salir del Tratado y mantener una relación comercial con EU en los términos de las reglas de la OMC.

Si me permite la metáfora, en la contienda que representa la nueva relación con el gobierno de EU, la “patada de salida” que ayer dio el gobierno mexicano, nos posiciona correctamente. Se escuchó a quienes demandábamos este tipo de estrategia.

Pero falta lo más difícil, que es seguir avanzando y consiguiendo primeros y dieces.

Las reuniones que habrán de tener Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, mañana y pasado mañana, en Washington van a tener que lidiar con audiencias de confirmación de diversos funcionarios que aún no están formalmente en sus cargos, así que servirán básicamente para una primera aproximación.

La clave será la reunión del 31 de enero entre los presidentes Peña y Trump. En buena medida, el tono de las conversaciones que habrán de seguir, derivará de lo que resulte de ese encuentro, que deberá prepararse con toda habilidad y cuidado pues es una buena oportunidad… pero también es un alto riesgo. Vaya si lo saben tanto Peña como Videgaray.