Kemonito, el personaje de talla baja más famoso de la época moderna de la lucha libre mexicana, aseguró que está dispuesto a cerrar la Arena México con ayuda de compañeros sindicalistas si tras un proceso legal el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) le despoja del personaje que porta desde 2002.
Jesús Juárez Rosales, el nombre verdadero de Kemonito interpuso una demanda en contra de la denominada ‘Seria y estable’ por presunto fraude en grado de autoría por el despojo de su personaje y para reclamar salarios que se le deben por un tiempo no revelado.
Según Kemonito, quien inició su carrera en la lucha libre con el nombre de ‘Alushe’, con el que era compañero del difunto Tinieblas, nunca le dieron a conocer los contratos que firmó con el CMLL.
Kemonito consideró que no se le pagó como se debió e incluso sufrió “humillaciones, vejaciones, maltrato laboral y discriminación por su condición de enanismo”.
Kemonito afirma que a él no se le daba el mismo pago que a sus compañeros y tampoco la atención médica cuando la solicitaba.
"Sólo quiero que se me retribuya lo que merezco, mis derechos patrimoniales. Cuando se me dio el personaje solo se me dio un dibujo, yo fui quien hizo los trajes. Tengo registro de los souvenirs, el nombre no fue dado por el Consejo, sino por un narrador”, sentenció.
POSTURA DEL CMLL
El Consejo Mundial de Lucha Libre emitió un comunicado de prensa en el que lamentó que Jesús Juárez Rosales haya dejado de interpretar al Kemonito y se separara de la empresa después de dos décadas.
La denominada ‘Seria y Estable’ asegura que durante el tiempo que Juárez Rosales colaboró con la empresa ha cumplido “a cabalidad con los compromisos establecidos en la relación” y que, cómo el propio demandante ha reconocido, la empresa tiene la “propiedad intelectual del registro marcario” del personaje de Kemonito.
El CMLL explicó que Juárez Rosales nunca les comunicó formalmente que se retiraba de la lucha libre y previo al vencimiento de su contrato, la empresa le manifestó su interés de renovarlo, pero no hubo respuesta. A pesar de eso “mantuvieron las puertas abiertas a las negociaciones”.