Porque 20,000 personas se manifestaron para protestar en contra de las políticas de Donald Trump
Paseo de la Reforma se pintó de verde, blanco y rojo para decirle al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que México no pagará el muro y que está en contra de sus políticas migratorias.
Fueron más de 20,000 personas las que acudieron a la convocatoria de dos organizaciones civiles diferentes. Por un lado, "Vibra México", encabezada por más de 80 organizaciones y cuya convocatoria fue difundida por María Elena Morera, presidenta de Causa en Común; y la académica María Amparo Casar. En la otra esquina, "Mexicanos Unidos", encabezada por Isabel Miranda de Wallace, presidenta de Alto al Secuestro.
Aunque ambas marchas intentaron unir sus objetivos, esto no fue posible debido a la molestia de algunos ciudadanos que no estaban conformes con sólo criticar a Trump.
Y es que desde un principio, Miranda de Wallace informó que la marcha en la que participaría era para dar apoyo al gobierno mexicano, no para criticarlo. En contraste, la movilización denominada Vibra México tenía como objetivo criticar a Trump, pero también exigir mayor transparencia al gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto.
"Vibra México" arrancó su marcha minutos antes del medio día desde el Auditorio Nacional, mientras que en el centro de la Ciudad de México, en el emblemático Hemiciclo a Juárez, Mexicanos Unidos también preparaba su salida.
MÉXICO VIBRA
Viajó desde Tucson, Arizona únicamente para festejar sus 31 años protestando contra Donald Trump.
Arlín Ledezma, estadounidense de nacimiento pero de padres mexicanos, viajó desde su ciudad natal exclusivamente para asistir este domingo a la marcha "Vibra México", organizada por más de 80 asociaciones civiles e instituciones con la finalidad de protestar contra las acciones y los dichos del magnate hacia México.
"Vine solamente para esto. Llegué ayer y me voy mañana y hoy es mi cumpleaños y qué mejor manera de festejarlo que estar todos unidos y contra Trump, porque él lo único que quiere hacer es separar a la gente", indicó.
Con un letrero con la leyenda "soy de nacionalidad estadounidense pero de raíces mexicanas", a las 11:55 Arlín se enfiló con el contigente que partió del Auditorio Nacional con destino al Ángel de la Independencia.
Tanto Arlín como el resto de los manifestantes -en su mayoría adultos y familias vestidos de blanco- tuvieron que enfrentar a la pared humana improvisada por algunos de los 3,000 policías que el gobierno capitalino desplegó para vigilar las manifestaciones. Los policías buscaban impedir el paso de la Asamblea del Hemiciclo a Juárez, cuyos integrantes portaban pancartas para protestar por el gasolinazo.
Con las consignas "Muros no, puentes sí", "México, México" y, a momentos, el "Cielito Lindo", el contingente de "Vibra México" avanzó alrededor de una hora sobre Paseo de la Reforma.
"Con la marcha queremos mostrarle al gobierno de los estados unidos encabezado por el señor Trump , un probado xenófobo que quiere acabar con la pluralidad que ha caracterizado a dicho país; en primer lugar nuestro repudio a sus políticas y en segundo lugar mostrar nuestro apoyo a las comunidades de mexicanos que viven en los Estados Unidos y que están siendo amenazados", indicó María Amparo Casar, investigadora y una de las organizadoras de la marcha.
A las 13:00 horas, los manifestantes, encabezados por Maria Elena Morera, Maria Amparo Casar y Roy Campos, quienes en todo momento permanecieron a la vanguardia de la marcha, arribaron al Ángel de la Independencia.
"Vamos llegando, México está vibrando" fue la consigna con la que los organizadores se abrieron paso para arribar a las escalinatas del Ángel, en donde previamente se había instalado una simulación de muro, el cual fue derribado simbólicamente, al tiempo que miles entonaban el Himno Nacional.
MEXICANOS ¿UNIDOS?
Del otro lado del Ángel, la otra marcha, la convocada por la presidenta de la organización Alto al secuestro, Isabel Miranda de Wallace, tuvo algunos problemas, razón por la que ya no se pudo realizar un mitín que se tenía programado.
La idea era mostrar la unidad nacional para mandarle un mensaje a Donald Trump de que los mexicanos apoyan a su gobierno, pero el malestar social con la administración de Enrique Peña Nieto manchó el evento convocado por la presidenta de la organización Alto al secuestro.
Después de las 10:00 horas comenzaron a llegar al Hemiciclo a Juárez un grupo de personas que participarían en dicha movilización, portaban una pancarta con la bandera de México mientras esperaban instrucciones de los organizadores.
Al mismo tiempo, Isabel Miranda de Wallace hablaba con los medios sobre la importancia del evento en el Hemiciclo a Juárez, cuando un grupo de ciudadanos del colectivo La Resistencia, le gritó “palera”, “vendida” y también “Fuera Peña”.
“Que bárbaros, yo no vine a que le gritaran a mi presidente”, dijo la señora Gloria, una pensionada del IMSS que llevó una bandera de México para participar en la marcha.
“Ustedes son un grupo de derecha que jamás marchan y ahora que sienten que sus intereses son tocados quieren quitarnos nuestro lugar de lucha, jamás lo harán” le gritó Alejandro Méndez, quien dijo ser vocero de La Resistencia, a Miranda de Wallace.
“No le hagan caso a quienes nos quieren dividir” pidió Laura Elena Rejón, exsecretaria de vinculación de la sociedad civil del PRI nacional y que también fue organizadora de la movilización.
El ambiente se volvió tenso cuando un señor le reclamó a los integrantes de La Resistencia por gritar consignas contra el gobierno de Peña.
“Malos mexicanos, poco patriotas”, les dijo el ciudadano molesto con los opositores. “Palero, priista vendido”, le contestaron al hombre. Hubo empujones e insultos, así que los elementos de la policía capitalina pidieron a los grupos no agredirse. Minutos más tarde, los organizadores de la marcha optaron por iniciar el evento.
El contingente avanzaba sin contratiempos por Reforma, gritos de “ese apoyo sí se ve”, “viva México” o “fuera Trump” eran los más usados. A la par, un grupo de comerciantes aprovechó para vender banderitas, gorros y cornetas con los colores del lábaro patrio, productos que valían de los 15 a los 30 pesos.
La marcha transcurría sin incidentes con el sol a plomo, con algunos personajes que se unieron al contingente como la activista de derechos de las mujeres y cercana al PAN, Rossy Orozco, o el exgobernador panista de Baja California y Ernesto Ruffo Appel, quien dijo que iba como "ciudadano norteño preocupado por el efecto Trump".
El momento emotivo del evento ocurrió cuando el contingente se detuvo frente a la embajada de Estados Unidos en México y entonó el Himno Nacional para después gritar “fuera Trump” y “ni un peso al muro”.
Las cosas marchaban sin contratiempos hasta que el contingente llegó al Ángel de la Independencia, donde una mujer de Tampico, Tamaulipas, esperaba a Isabel Miranda.
María Andrea Sáenz, cómo se identificó la mujer, portaba un vestido largo con consignas contra el gobierno por los desaparecidos del país, le gritaba a Wallace, que encabezaba el continente, “asesina” y “cobarde”.
“No le hagas caso, nosotros a lo nuestro”, le dijo Rossy Orozco a Isabel Miranda.
La tensión creció y las consignas se convirtieron en empujones y manotazos, ante lo que el grupo que acompañaba a Isabel Miranda optó por irse del lugar junto con la presidenta de Alto al secuestro.
“Corre como la rata que eres”, le gritaron a Miranda de Wallace el colectivo de derechos humanos, mientras correteaban a la excandidata a jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
“Así no se puede, bola de revoltosos”, se lamentó Armando, un hombre que dijo ser pequeño empresario de la zona del Valle de México.
“Tenemos dignidad y memoria, no como esa traidora”, respondieron los opositores.
Minutos más tarde. Miranda de Wallace tuiteó que salió del lugar por motivos de seguridad.
Salí del evento NO por los gritos, salí porque había una hombre disfrazado de mujer armado muy cerca de mí y me retiraron por motivos de seg
— Isabel Miranda W (@WallaceIsabel) 12 de febrero de 2017
Al final del evento, lo que se buscaba lograr quedó en un intento porque el encono social de un sector de los mexicanos se hizo presente, y Trump no logró del todo unir a los mexicanos.