Porque los esfuerzos que hace la máxima casa de estudios se suman a lo que la ciencia en todo el mundo hace para combatir el COVID-19
Científicos de la UNAM trabajan en la creación de una vacuna contra el COVID-19, un tratamiento que ayude a los enfermos a reponerse más rápido del virus y en un método para detectar anticuerpos de tipo IgG e IgM contra el nuevo coronavirus.
“Es un grupo transdisciplinario que puede abordar objetivos tan ambiciosos como competir con las grandes empresas en el desarrollo de una vacuna, de métodos diagnósticos y de un protocolo de tratamiento de pacientes”, afirmó Juan Pedro Laclette, investigador emérito de la UNAM.
Acá te contamos de que van los tres desarrollos:
VACUNA SINTÉTICA
Edda Sciutto, doctora en Investigación Biomédica Básica e integrante del IIBm explicó que trabajan en una vacuna sintética y se evalúa la posibilidad de que ésta sea intranasal o inyectada.
“Hay vacunas basadas en el patógeno completo, y otras en algunos de sus componentes, que pueden ser recombinantes o sintéticamente producidos. En nuestro caso, identificamos regiones del virus que pudieran tener gran capacidad de inducir una respuesta inmune, con el objetivo de sintetizarlas con un alto grado de pureza. Es lo que estamos evaluando actualmente en el IIBm: su capacidad de inducir una respuesta inmune eficiente”, detalló.
En función de los resultados obtenidos se podría formular la composición óptima de la vacuna para iniciar la evaluación de su capacidad protectora y su inocuidad en un modelo animal.
EL TRATAMIENTO
En breve se pondrá en marcha un protocolo clínico para evaluar un nuevo tratamiento basado en la administración de bajas dosis de glucocorticoides intranasales, en particular Dexametasona, para atender a pacientes con COVID-19.
El objetivo es prevenir en pacientes moderados la desregulación de la respuesta inflamatoria; en pacientes graves las complicaciones respiratorias severas que obligan a la intubación y ventilación mecánica; y en los pacientes severos reducir el tiempo de asistencia respiratoria y mortalidad.
Joselín Hernández, de la Unidad de Medicina Experimental UNAM en el Hospital General de México, donde se iniciará el protocolo con 60 pacientes explicó que la importancia de este medicamento radica en que ayudará a que menos personas lleguen a cuidados intensivos y los que lleguen, no mueran.
"Este proyecto ayudará a evaluar si el uso de glucocorticoides puede evitar que pacientes graves no críticos progresen a pacientes críticos”, dijo.
La propuesta de usar Dexametasona ha sido planteada desde hace más de dos meses y medio, además se considera una innovación debido a que se utilizaría la aplicación intranasal, la cual permite reducir la dosis, generando menores efectos colaterales negativos sistémicos.
DETECCIÓN DE ANTICUERPOS
El equipo multidisciplinario también desarrolla un ensayo para detectar anticuerpos del SARS-CoV-2. Para ello han recibido sueros de pacientes con COVID-19 del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, que son analizados en la Unidad de Investigación con instalaciones de BSL2 plus, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.
Ya se tienen ubicadas cinco moléculas que pudieran usarse para detectar anticuerpos y se podrían tener resultados en un par de semanas más, validar el ensayo y a corto plazo poder ofrecer a la comunidad de la UNAM y a México esta prueba para saber si alguien tuvo o no la infección.
De acuerdo con los investigadores, para regresar a la nueva normalidad se requiere tener una idea del estatus inmunológico de la población.
“Necesitamos saber qué proporción de la población va teniendo contacto con el SARS-CoV-2; sabemos que la mayoría son asintomáticos, y a través de pruebas masivas se puede evaluar la evolución de la epidemia en el país y tomar decisiones mejor fundamentadas”.
El equipo multidisciplinario, en el que participan integrantes del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) y de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, en colaboración con personal de institutos nacionales de salud, hospitales y otras universidades, está conformado por más de 50 investigadores clínicos y básicos (18 de ellos del IIBm), y estudiantes de distintas especialidades.