Estado de México, del antipriismo a los incondicionales del tricolor

Alfredo del Mazo ganó por una mínima ventaja en el Estado de México
Alfredo del Mazo ganó por una mínima ventaja en el Estado de México
Priismo.Alfredo del Mazo ganó por una mínima ventaja en el Estado de México
Cuartoscuro
Enrique I. Gómez
Corresponsal
2017-06-27 |06:07 Hrs.Actualización06:07 Hrs.
CREEMOS QUE IMPORTA POR...

Porque el gobierno de la entidad mexiquense no ha probado la alternancia

Cuando el priista Alfredo del Mazo Maza visitó la zona sur del Estado de México la maquinaria tricolor trabajaba para cumplir su objetivo.

“Allá (en la zona conurbada) podrá empatar, pero aquí le vamos a dar (votos) para que gane”, profetizó Guillermina Casique, secretaria de Acción Agraria de la CNC y exdiputada local del PRI.

La profecía se cumplió.

Hoy el mapa electoral del Estado de México revela dos entidades distintas, una cansada del PRI, inconforme, pero dividida por los mismos partidos de oposición. Y otra entidad donde priva la tradición, pero también los condicionamientos para votar por el tricolor. 

Las números de la elección revelan el perfil del mexiquense que optó por la continuidad en el gobierno estatal: los distritos de Tejupilco (9), Valle de Bravo (10), Atlacomulco (13), Jilotepec (14) e Ixtlahuaca (15) aportaron 400 mil 797 votos al candidato de la coalición PRI-PVEM-Nueva Alianza-Encuentro Social; el 19.5% del total de sufragios cosechados por Del Mazo.

En esas demarcaciones su más cercana competidora fue Delfina Gómez, candidata de Morena, quien obtuvo 165 mil 988 votos, lo cual representa que el aspirante priista ganó con una ventaja de 234 mil 809 sufragios. Hasta el momento, con base en los cómputos de los 45 distritos electorales, Del Mazo aventaja a Morena con 168 mil 899 votos. La profecía de la líder sureña funcionó.

LOS SEMILLEROS

En esos cinco distritos rurales están ubicados 40 de los 125 municipios mexiquenses. De acuerdo con el Padrón Único de Beneficiarios (PUB) de programas de desarrollo social, operados por el gobierno federal, en estos 40 municipios se tenían contabilizados hasta abril de 2017 a un millón 949 mil 823 personas, quienes habían sido beneficiadas con algún programa de este tipo.

El PUB es una herramienta que contiene información de los beneficiarios de los programas de desarrollo social, cuya integración recae en la Secretaría federal de este ramo.

En estos 40 municipios mexiquenses está el 18.73% del total de beneficiarios de estos programas sociales, que en el Estado de México ascienden a 10 millones 408 mil 367.

Por ejemplo, en el municipio de Villa Victoria, localizado en el distrito 10 de Valle de Bravo, Del Mazo ganó con 30 mil 265 votos contra 4 mil 92 de Josefina Vázquez Mota, quien fue su más cercana competidora. Este municipio ocupa el lugar número 24 a nivel estatal en el Padrón Único de Beneficiarios del gobierno federal, con un total de 110 mil 928 personas beneficiadas con distintos programas sociales.

La participación ciudadana en este municipio, donde predomina la etnia mazahua, ascendió a 69.3%, el promedio de los 125 municipios mexiquenses alcanzó el 53.7%. Sin embargo, en Villa Victoria el 40.26% de su población ocupada tenía ingresos de hasta dos salarios mínimos (hoy Unidad de Medida y Actualización) y el 40.81% de las personas de 15 años o más no tenían la primaria completa, según estadísticas del Consejo Nacional de Población (Conapo).

¿POR QUÉ GANÓ EL PRI?

El representante del PRD ante el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), Javier Rivera Escalona, percibe que la ventaja del PRI obedece a la consolidación de un voto duro del tricolor en 10 distritos rurales, donde se rebasó el 60% de participación ciudadana, lo cual contrasta con la baja votación de zonas urbanas.

“Amarraron un voto duro a través de la coacción del voto, compra, programas sociales, presión, y ahí calcularon meter un colchón de votación, lo que no habían hecho en otros procesos electorales”, explica.

En esa estrategia pesó la falta de unidad en la oposición.

"Tendremos que asumir nuestra responsabilidad, pero también hay responsables entre quienes no quisieron la coalición en su momento"

Y otro factor es el semillero electoral del PRI, sustentado, dice, en el conformismo, inercia y tradición para votar por este partido.

“A la gente le preguntaban por qué votaban por el PRI y respondían que no sabían, pero su familia siempre ha votado por el PRI, casi como destino manifiesto”, señala.

Sin embargo, Rivera advierte algo positivo: la ciudadanía percibe que el tricolor ya perdió terreno. Incluso, adelanta, en la elección local de 2018 la oposición podría obtener la mayoría en el Congreso local y en municipios importantes.

Por su parte, el representante del PAN ante IEEM, Alfonso Bravo Álvarez Malo, concluye que en un sector de la población mexiquense priva la falta de dignidad.

“Ciudadanos que están contentos con su status quo no les preocupa mayor cosa, aunque perciben una molestia o bien ya aceptaron su realidad y les vale gorro o bien son ciudadanos que entienden tener cierto tipo de beneficios del sistema”, expresa, “veo un estado sin dignidad”.

Variables como el desgaste de los partidos, la incapacidad de los políticos para comunicar, y la ausencia de una cultura democrática y una escuela de ciudadanía completan el panorama mexiquense, agrega Bravo.

CONSISTENCIA

Dichos matices revelan que el PRI mantuvo consistencia electoral en zonas urbanas y rurales.

Paul Valdés, consultor de la empresa Parametro.com, refiere que en la elección de gobernador el tricolor conservó a un porcentaje de la población que lo apoya incondicionalmente.

"Son los valores, la tradición o la identificación hacia un partido político, independientemente de que tenga escándalos o haya hecho mal las cosas, consistentemente lo apoyan"

Esto, explica, deriva de los sistemas de creencia donde está anclado el comportamiento electoral.

“Es el sistema de valores, tradiciones, lo que de alguna manera le permitió al PRI tener un voto consistente, dadas las circunstancias”, indica el especialista en estudios de opinión.

No obstante, comenta que esa consistencia o voto tricolor va a la baja y está relacionado con el comportamiento de la economía nacional; pero en esta ocasión el PRI también pudo ganar gracias a la fragmentación de las opciones opositoras y a la creación de clientelas electorales, lo cual ocurre con todos los partidos políticos.

TRADICIÓN DE POBREZA

La pobreza juega en todo proceso electoral. Ya sea en el discurso o en la operación de los partidos políticos.

Con datos de 2014, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indica que el 49.6% de la población mexiquense vivía en condiciones de pobreza, es decir, 8 millones 269 mil 900 personas.

Tal marginación genera inversiones millonarias del gobierno estatal, que después es factor de denuncia para los partidos de oposición.

Datos de la Secretaría de Desarrollo Social y del Consejo Estatal de Mujer y Bienestar Social, obtenidos vía la Ley de Transparencia, indican que entre 2011 y 2017 el gobierno mexiquense gastó al menos 22 mil 204.1 millones de pesos en 10 programas sociales. El promedio anual es de 3 mil 172 millones de pesos, al mes genera un gasto de 264.3 millones, y diariamente alcanzó los 8.8 millones de pesos.

Entre los programas con mayor impacto presupuestal están el de “Gente Grande” y “Seguridad Alimentaria”, que consisten en la entrega de despensas, además de “Mujeres que logran en grande”, mediante el cual se entregan apoyos económicos.

¿Y entonces qué sigue?

La elección del 4 de junio fue un enfrentamiento de estrategias electorales. Una más clientelar y otra tendiendo al aspecto programático. Al final el PRI ganó con su voto duro, arriesgando, explica Oniel Díaz, profesor-investigador del departamento de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad de Guanajuato.

Coincide en ver dos estados de México. Uno en zonas urbanas, con menor participación ciudadana, que ganan Morena y el PRD; mientras en áreas rurales, con mayor asistencia a las urnas, el PRI logra una mayor ventaja.