Fuerzas federales y del Estado de México capturaron en Toluca a Santiago Ramón, integrante del grupo criminal 'La Familia Michoacana', quien presumiblemente es uno de los cuatro sujetos que 'levantó' al mismo número de polleros en la colonia Parques Nacionales, al sur de la capital del estado.
Sin embargo, de las víctimas de secuestro, la Secretaría de Seguridad del Estado de México no ha informado hasta el momento que hayan sido rescatadas.
Las investigaciones revelan que este presunto criminal extorsionaba a comerciantes en la capital mexiquense exigiéndoles el cobro de derecho de piso y también plagiaba a quienes se negaban pagarle la 'cuota'.
“Se investiga su participación en la privación ilegal de la libertad de cuatro personas que se dedicaban a vender pollo en un expendio”, cita la corporación policial estatal.
También se investiga a Santiago Ramón por estar supuestamente involucrado en más secuestros de comerciantes. “Actualmente se han identificado a diversas víctimas de esta persona, las cuales han sido privadas de la libertad y de las que se avanza en la integración de las respectivas carpetas de investigación ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México”, abunda la SSEM.
Previo a la Navidad ,seguía la búsqueda de los polleros, quienes responden a los siguientes nombres: Rigoberto Colín Consuelo, de 41 años de edad, su compañero Isidro Díaz Casimiro de 40, Jaime Ramos Reyes de 22 años y Eliseo Escobar Ramírez.
En un video difundido en redes sociales, se observa que la madrugada del viernes pasado, al fondo de una bodega, donde hay decenas de cajas, estaban los cuatro trabajadores escuchando música y de repente ingresan dos hombres armados gritando “todos al piso”, por lo que enseguida un empleado que está cerca de ellos se tira al suelo boca abajo y el par de individuos avanza al fondo para someter a tres trabajadores del lugar.
Posteriormente, otro sujeto ingresa armado hacia donde están sus compinches y ayudarles a somete a los polleros, mientras que otro mete de reversa una camioneta cerrada color blanco, de la que abre las dos puertas traseras de par en par para que los tres hombres armados introduzcan a sus víctimas a la unidad. Al final meten a la fuerza a la unidad a la persona que ya había sido sometida primero y yacía en el piso.