En caso de detectarse un caso positivo de COVID-19 en una escuela tras el regreso a clases presenciales, el alumno, el docente o algún miembro de la escuela será aislado, pero el plantel cerrará, así lo ha recalcado la Secretaría de Educación Pública (SEP).
De acuerdo con la guía de orientación para la reapertura de las escuelas ante COVID-19, si un profesor o administrativo detecta en el filtro escolar a un estudiante con síntomas relacionados con enfermedades respiratorias como fiebre, tos o estornudo, dolor de cabeza, malestar general, o dificultad para respirar, deberá ser separado del grupo en un área previamente designada, como una acción preventiva.
Además, se deberá llamar a su madre, padre o tutor, a quien se le darán las indicaciones correspondientes para detectar si el menor está contagiado. Por ello, deberán llevar cuanto antes a su hija o hijo a la unidad médica del sector salud que le corresponda.
La madre, padres de familia o tutor tendrá la obligación de informar del diagnóstico a la dirección de la escuela en un término no mayor de 48 horas, así como proporcionar el domicilio y algún número telefónico en donde pueda ser localizado.
Si no se localiza a la madre, padre o tutor, se deberá mantener al estudiante en la escuela, en un sitio limpio, cómodo e iluminado, donde se le pueda observar hasta que llegue su familia.
Asimismo, se le brindará un ambiente de tranquilidad y seguridad, así como materiales, libros o juegos que pueda utilizar si le apetece.
Por otra parte, si el director o directora de la escuela, personal docente o de apoyo y asistencia a la educación presentan fiebre y tos, deberán notificar a su autoridad y evitar el contacto con el resto de la comunidad escolar, para después acudir a la unidad de salud que le corresponda.
La SEP estableció los siguientes lineamientos sanitarios para evitar contagios de coronavirus en las escuelas: