Hay competencia en estas elecciones, o como dicen los chavos: ¡hay tiro!
Hasta hace pocos meses el cuadro previsible era el de un triunfo arrollador de Morena, tanto en la mayoría de los estados como a nivel federal.
Hoy, Morena sigue adelante, pero la competencia es más cerrada y las semanas que vienen serán determinantes de la inclinación que tenga el voto popular.
Le presento algunos rasgos singulares de la competencia electoral, derivados de las encuestas de El Financiero.
1- Apenas en el mes de marzo, tras iniciarse las campañas locales, la intención de voto favorable a Morena a escala nacional era de 55 por ciento en términos efectivos, es decir, eliminando a los indecisos y a quienes no contestaron.
El PAN y el PRI tenían el 15 y el 14 por ciento respectivamente. La lectura más reciente es de un 40 por ciento frente a un 19 y 20 por ciento. Es decir, Morena tiene una pérdida de 15 puntos contra una ganancia de 6 puntos del PRI y de 4 puntos del PAN.
2- Para determinar la conformación de la Cámara de Diputados, será muy importante la distribución geográfica de los votos, así como los resultados que obtengan los partidos más pequeños.
Los resultados de la encuesta muestran que en la zona norte del país, Morena tiene una intención de voto por debajo de su media nacional, promediando 34 por ciento en las 2 circunscripciones que la conforman. La circunscripción número 5, en el centro-occidente, corresponde al promedio nacional, mientras que en el centro y sur del país, Morena está muy por arriba de la media nacional, con un 48 por ciento de intención de voto. Entre los aliados de Morena, el Verde tiene 3 por ciento o más solo en dos circunscripciones, lo mismo que el PT. Ninguno de los partidos nuevos llega al 3 por ciento en ninguna. En contraste, Movimiento Ciudadano logra un porcentaje superior a 3 en todas y el PRD de 3. Es probable que la conformación de la Cámara dependa mucho de los resultados de los partidos minoritarios.
3- Aunque Morena tiene la ventaja en casi todos los segmentos, ha perdido presencia de manera muy visible entre los jóvenes y la población de mayor escolaridad. Su intención de voto en el segmento de los 18 a 24 años es de 35 por ciento, 13 puntos menos que el porcentaje que declaró haber votado por Morena en 2018, y entre los que tienen preparatoria o educación universitaria, la caída es de 8 puntos respecto a 2018.
4- El reverso de la medalla es lo que ha ocurrido en los grupos de mayor edad y de menor escolaridad. Entre los mayores de 55 años, hubo un alza de 14 puntos en la intención de voto y hoy llega al 61 por ciento. Entre aquellos que solo cuentan con primaria, el incremento es de 16 puntos, y hoy representan al 60 por ciento. Este desplazamiento es consistente con los programas sociales de Morena, así como con el adelanto del proceso de vacunación.
5- Los datos anteriores no permiten aún anticipar la influencia de cada segmento demográfico en las urnas, pues hasta poco antes de las elecciones se puede estimar la participación de cada segmento en las urnas. Pero, de entrada podría pensarse en un sesgo favorable a Morena, pues tradicionalmente las personas de mayor edad tienen tasas de participación electoral más elevadas que los jóvenes.
6- En los estados, es factible identificar los que por ahora están claramente inclinados hacia Morena: Baja California, Colima, Nayarit, Sinaloa, Tlaxcala, Sonora y Zacatecas. También los que están marcadamente inclinados al PAN o a sus alianzas: Querétaro, Chihuahua y Baja California Sur. Y los que siguen en competencia: Campeche, Guerrero, Michoacán, Nuevo León y San Luis Potosí.
En resumen, con este cuadro, se observa que las elecciones están lejos de haberse decidido. Que hay todavía movimientos muy amplios de las intenciones de voto de los electores y que las semanas que restan de las campañas, aunque pocas, serán determinantes del rumbo político del país para los próximos tres años y quizás para muchos más.