Pedro Kumamoto: La política de lo cotidiano

Se ve más viable la conformación de una coalición de gobierno encabezada por el PSOE y apuntalada por Sumar
Se ve más viable la conformación de una coalición de gobierno encabezada por el PSOE y apuntalada por Sumar
Otro rumbo.Se ve más viable la conformación de una coalición de gobierno encabezada por el PSOE y apuntalada por Sumar
Cuartoscuro
autor
Pedro Kumamoto
Excandidato independiente al Senado por Jalisco
2023-07-25 |09:26 Hrs.Actualización09:25 Hrs.

El domingo se celebraron elecciones en España y aunque la conformación del nuevo gobierno aún no está en firme, algo si ha quedado en claro: la ultraderecha no logró crecer como muchos pronosticaban. Por el contrario, el mensaje del electorado español fue claro, quitando al partido Vox 19 de los 52 escaños que había obtenido en las elecciones generales del 2019.

Es muy probable que muchos de estos votos se hayan transferido al Partido Popular, formación que, por el contrario, aumentó su número de escaños. Cabe remarcar que aún con este aumento, parece que no le serán suficientes sus lugares en el Congreso para formar gobierno junto a sus potenciales aliados ideológicos.

Del otro lado, se ve más viable la conformación de una coalición de gobierno encabezada por el PSOE y apuntalada por Sumar, una nueva fuerza política nacida hace apenas unos meses encabezada por Yolanda Díaz y que, sin duda alguna, fue un factor central dentro del debate de este proceso electoral.

Sumar es una fuerza que representa y que vive un proceso similar al que vivimos desde otras organizaciones y partidos en el mundo: la lucha irrenunciable por la ampliación de los derechos de las personas, con el enorme reto de comunicar qué puede significar esta ampliación. Encontrar un relato que sintetice de manera correcta hacia el electorado esta ideología no es sencilla. Sin embargo, creo que Sumar logró hacerlo bastante bien, desde lo que podríamos llamar “la política de lo cotidiano”.

Me refiero a este programa electoral y a esta propuesta de gobierno con el énfasis en lo cotidiano porque es la mejor manera resumirla: luchar por el salario justo, por el acceso a la vivienda, al descanso y el ocio, la salud pública de calidad y la justicia fiscal, es hacer política por la vida que vive la mayoría todos los días. En ese sentido, la campaña de Sumar logró conectar con millones de personas pues su proyecto lo centró en los dolores diarios, las aspiraciones de una vida para gozarse y en repensar el día a día.

Frente a los problemas cotidianos, Vox buscaba derogar la Ley Climática, acabar con la Ley de Memoria Histórica (creada para condenar los crímenes de Estado cometidos durante la dictadura de Franco) y con la Ley de Vivienda.

Por el contrario, Sumar puso sobre la mesa la reducción progresiva de la jornada laboral para aumentar el tiempo de descanso y convivencia familiar, elevar el presupuesto público sanitario en medio punto del PIB de forma anual (hasta igual el porcentaje promedio de los 10 países europeos que más gastan en salud pública), la creación de dos millones de viviendas sociales para alquiler y un programa de acompañamiento económico al cuidado de las infancias por 200 euros al mes.

La táctica de la ultraderecha en estas elecciones fue la habitual, y con la cual han ganado elecciones en países tan importantes como Estados Unidos, Brasil e Italia: recurrir al odio y a la polarización. La de fuerzas como Sumar fue defender, rescatar y ganar los derechos que hacen la diferencia en la vida de las personas, la política de la digna cotidianidad. Algo deben enseñarnos estas fórmulas y sus resultados.

Aunque Sumar está conformada por un amplio acuerdo de partidos y personajes políticos ya conocidos, su camino apenas ha comenzado este domingo. Se podrán hacer críticas a sus decisiones tácticas, a la elección, o veto, de algunas de sus candidaturas o el que la campaña haya tardado tanto en conectar. Sin embargo, hay que reconocerle a Yolanda Díaz y al conjunto de las candidaturas su gran elección de protagonista de la campaña.

Cuando otros partidos utilizaban el odio, caricaturizaban al rival y derrochaban noticias falsas, esta nueva formación política decidió poner al centro del debate público a la vida cotidiana. Por eso, en esta elección queda claro que el antídoto a la ultraderecha, a esos que nos quieren quitar todo, está en la cotidianidad. En el impulsar el relato de que la política sí puede, y para bien, cambiar nuestras vidas. En lo que parece privado, fundamental y personalísimo se encuentra la posibilidad de construir con millones de personas un nuevo horizonte