Las chinches han estado bajo los reflectores en los últimos días, luego de que alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reportaran una presunta plaga en distintas facultades.
Sin embargo, las chinches de cama no son los únicos animales que pueden generar una plaga o propagarse con rapidez, pues, en temporada de calor, los piojos ‘invaden’ la cabeza de tres de cada 10 personas en edad escolar, señala la Secretaría de Salud.
Aunque son insectos similares, las chinches y piojos poseen características diferentes, incluyendo e lugar donde se esconden.
Las chinches son insectos del tamaño de una semilla de manzana, de color marrón rojizo y sin alas. En la mayoría de los casos, a menos de que se presete una reacción alérgica, las picaduras de estos animales suelen desaparecer sin tratamiento en un par de semanas.
Las chinches suelen esconderse en las grietas y dobleces de las camas, cabeceras, estructuras de las camas y salen de noche para alimentarse.
A diferencia de las chinches, los piojos son del tamaño de una semilla de ajonjolí, tienen seis patas y su color es entre grisáceo y blanco. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que estos insectos pueden verse más oscuros en las personas con cabello oscuro que en las de cabello claro.
“Para sobrevivir, los piojos adultos necesitan alimentarse de sangre. Un piojo adulto puede vivir unos 30 días en la cabeza de la persona, pero morirá en uno o dos días si se desprende de esta. El piojo hembra es por lo general más grande que el macho y puede poner seis huevos por día”, señalan los CDC.
Las hembras adultas de los piojos se les denomina como liendres en la base del tallo del cabello, muy cerca del cuero cabelludo y tienen forma ovoide, suelen ser difíciles de ver porque son muy pequeñas y se adhieren al tallo del cabello.
Según los CDC, las liendres son de color amarillo o blanco, aunque las que están vivas parecen tener el mismo color del cabello de la persona infestada y pueden suelen confundirse con caspa.