Los temas que Barack Obama dejó 'a medias' como presidente de EU

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quedó a deber algunas de sus promesas de campaña
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quedó a deber algunas de sus promesas de campaña
Promesas incumplidas.El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quedó a deber algunas de sus promesas de campaña
AFP
Nación321
2017-01-18 |06:17 Hrs.Actualización06:17 Hrs.
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Porque del dicho al hecho, Obama (a veces) quedó maltrecho

Barack Obama llegó a la Casa Blanca desde 2009 tras pedir a los estadounidenses que impulsaran "la audacia de la esperanza", pero su entusiasmo y dominio de la palabra y el escenario no fueron suficientes para cumplir con varias promesas que hizo.

Estos son los temas en los que el primer presidente afroamericano en la historia de EU avanzó, pero no logró concluir:

REFORMA MIGRATORIA

En 2012, Obama consiguió ser reelecto en la Casa Blanca con un paquete de promesas que incluía una amplia reforma migratoria para sacar de la ilegalidad a millones de personas, en su mayoría latinoamericanos.

El proyecto murió en el Congreso controlado por la oposición republicana, y los decretos firmados de urgencia en 2014 para proteger a las personas que llegaron a EU siendo niños, terminaron siendo bloqueados por la Poder Judicial estadounidense.

De hecho, muchos hispanos le reprochan a Obama haber deportado entre 2009 y 2015 a unas 2.5 millones de personas, más que cualquier presidente de Estados Unidos, al punto de que algunas organizaciones lo bautizaron "Deportador en jefe".

Las cosas no mejorarán para los migrantes con Trump. 

El discurso que llevó al multimillonario populista al poder estuvo cargado de promesas de deportar a los 11 millones de inmigrantes sin papeles que viven en el país, y de construir un "gigantesco y poderoso" muro divisor con México.

EL TAMBALEANTE 'OBAMACARE'

Si algo enarboló Obama durante sus ocho años en la Casa Blanca fue su programa para extender la cobertura de salud a decenas de millones de estadounidenses que antes no tenían protección alguna, el Obamacare.

Actualmente el programa está bajo asedio ya que Donald Trump está decidido a acabar con Obamacare una vez que asuma el poder el 20 de enero. Trump no debería tener mayores problemas para lograr su cometido, ya que los republicanos son mayoría en ambas cámaras del Congreso y apoyan la postura del presidente electo.

De hecho el pasado 12 de enero, el Senado votó a favor de eliminar Obamacare mediante una votación de procedimiento.

Trump dijo recientemente que esperaba que la abolición y el reemplazo del Obamacare se produjera "simultáneamente", aunque los republicanos aún no dieron a conocer su alternativa al programa de salud impuesto por Obama.

LA DIVISIÓN NACIONAL

Un Congreso paralizado en manos del Partido Republicano y la elección de Donald Trump (que Obama nunca previó) dejaron en evidencia una nación dividida, pese al carisma del presidente.

En una entrevista en 2016, Obama confesó que por momentos se sintió indefenso ante la inhabilidad para lograr acuerdos con los republicanos.

"A veces me pregunto: ¿hay algo sobre lo que no he pensado? ¿Hay alguna iniciativa más allá de lo que me presentaron, o que tal vez Churchill pudo haber visto, o tal vez Eisenhower pudo haber visto?", dijo Obama a la revista Vanity Fair.

La presencia de Obama en la Casa Blanca también hizo subir a la superficie una tensión racial como pocas veces se vio en décadas, a pesar de que él mismo tuvo cuidado de presentarse como el presidente de los todos los estadounidenses y no solo de los negros.

Los asesinatos de hombres negros a manos de policías (en su mayoría, blancos) fue la gota que derramó el vaso y provocó movimientos sociales como Black Lives Matter (La vida de los negros importa), acentuando las diferencias y los prejuicios entre las razas en EU.

ISRAEL Y PALESTINA

Obama prometió que ayudaría a mejorar la relación entre Israel y Palestina, pero en los últimos meses de su administración las cosas empeoraron.

Y es que en 2016 y por primera vez desde 1979, Estados Unidos no vetó una resolución de Naciones Unidas sobre la colonización israelí, cuando hasta ese momento Obama apoyó a Israel en este tema sensible.

El embajador de Israel en Washington, Rob Dermer, acusó a la administración de EU de ayudar a los palestinos a "librar una guerra diplomática y legal contra Israel". 

"Esta resolución ha dado a los palestinos municiones en su guerra legal y diplomática contra Israel. Y Estados Unidos no solo no frenó esto sino que estuvo detrás" de la medida, aseguró.

Por supuesto que la crítica de Israel hacia Obama fue aprovechada por el presidente electo Donald Trump, que acusó al mandatario saliente de hacer "declaraciones incendiarias" y de poner "obstáculos" que entorpecen la transición de gobierno.

SIRIA

Ninguna crisis internacional puso tanto a prueba la política exterior de Obama, o representó la barra más alta para la intervención militar estadounidense, como Siria.

Incluso cuando el presidente Bashar Al Assad desafió la "línea roja" contra las armas químicas de Obama y mató a miles de civiles, con el apoyo de las fuerzas rusas e iraníes, el hombre que llegó al gobierno con la promesa de la antiguerra rechazó todos los llamados para involucrarse. 

El presidente hizo el comentario en 2012 en alusión a una posible acción militar estadounidense en Siria, al indicar que "para nosotros la línea roja es cuando comencemos a ver que hay una cantidad de armas químicas circulando o que las mismas empiecen a ser utilizadas".

En 2013, los militares sirios utilizaron armas químicas en un ataque contra zonas de Damasco controladas por los rebeldes, causando casi la muerte de mil 500 civiles, incluyendo más de 400 niños.

Pero luego de que pareció que Estados Unidos preparaba ataques aéreos en forma inminente contra el gobierno sirio, Washington aceptó un acuerdo mediado por Moscú, a través del cual Siria enviaba sus armas químicas a Rusia.

Los críticos afirman que esa decisión humilló a la Casa Blanca, alentó a Rusia a lanzar sus propios ataques aéreos en apoyo al gobierno sirio aumentando las tensiones entre Moscú y Washington.

GUANTÁNAMO

Dos días después de asumir el poder, en enero de 2009, Obama firmó un decreto ordenando el cierre de la prisión en la base militar de Guantánamo, en Cuba. 

Ocho años más tarde, aunque con menos prisioneros, el centro de detención sigue activo.

"Es verdad que no pude cerrar esa maldita cosa a causa de las restricciones. Pero también es verdad que redujimos enormemente su población y ahora tenemos menos de 100 personas allí", dijo Obama en su primera conferencia de prensa tras las elecciones presidenciales de noviembre pasado.

Guantánamo encarna para muchos países de todo el mundo los excesos de la lucha antiterrorista emprendida por Estados Unidos tras los atentados del 11 del septiembre de 2001, lucha que encabezó el expresidente George W. Bush.

CUBA, CABALLERO

Barack Obama deslumbró en la Cumbre de las Américas de 2009 cuando prometió a la región una nueva "sociedad entre iguales". Ocho años después dejará la Casa Blanca como el arquitecto del viraje en la política estadounidense hacia Cuba, pero ese cambio podría desaparecer con la administración de Trump.

Sin más elecciones que ganar y con un Congreso desafiante, Obama pasó a la acción en 2015 y reanudó sus nexos diplomáticos con el gobierno cubano tras medio siglo de ruptura y enfrentamiento político.

Pero ese deshielo entre Washington y La Habana podría retroceder, pues Trump prometió revisar esa política de acercamiento, ganándose a los cubanos más conservadores.

Entre tanto, Obama suprimió el pasado jueves mediante una orden presidencial la política conocida como "pies secos/pies mojados", que favorecía la emigración ilegal hacia Estados Unidos, de acuerdo con el gobierno de La Habana.

Las cosas no pintan bien para la relación entre el nuevo gobierno estadounidense y el cubano.

EL ZIGZAG

Consciente de que su legado podría ser desmontado por Trump, Obama mantiene su optimismo.

Después de la victoria del republicano, Obama pidió a los estadounidenses que acepten que "la historia a veces avanza en zigzag", pero que siempre se mueve hacia adelante.

Más allá de las diferencias, sus adversarios reconocen que Obama mostró en sus ocho años de Casa Blanca, un estilo de negociación y una elegancia en el ejercicio del poder que ayudó a mejorar la imagen de Estados Unidos fuera de sus fronteras.