Enrique Quintana: El 'revoltijo' de los políticos y el sismo

Rescatistas intentan rescatar más  personas convida en uno de los edificios colapsados de la CDMX
Rescatistas intentan rescatar más personas convida en uno de los edificios colapsados de la CDMX
Ruinas.Rescatistas intentan rescatar más personas convida en uno de los edificios colapsados de la CDMX
Cuartoscuro
autor
Enrique Quintana
Director General Editorial de El Financiero.
2017-09-27 |07:00 Hrs.Actualización07:00 Hrs.

Entre el desastre de los sismos, el descrédito de los partidos políticos y la próxima discusión del paquete económico para 2018, se está haciendo un ‘revoltijo’ que poco contribuye a entender lo que se requiere en México.

Una cosa es la estrategia de reconstrucción, otra el régimen de financiamiento de los partidos políticos y otra el desempeño de la economía.Vamos por partes y empecemos con lo más importante.

1.- Los recursos para la reconstrucción.

La asignación de los recursos para la reconstrucción no depende de lo que suceda con el financiamiento a los partidos. A nivel federal –se ha dicho en varias ocasiones– están los recursos del Fonden por más de 9 mil millones de pesos; también los que derivarán de la activación del Bono Catastrófico por 150 millones de dólares (2 mil 700 millones de pesos). A esto hay que sumar recursos de orden local y los que puedan reasignarse de fondos federales como el Fondo de Aportaciones a la Infraestructura Social (FAIS).

Además, es factible que en la confección del Presupuesto 2018 haya reasignaciones que permitan obtener recursos adicionales por varios miles de millones de pesos para orientarlos a la reconstrucción en muy diversas formas, desde apoyo a la vivienda hasta proyectos carreteros e hidráulicos.

Los apoyos de la sociedad civil son muy valiosos en la emergencia, pero en los largos meses de la reconstrucción deben operar los mecanismos institucionales con los que cuenta el país y que funcionan al margen de lo que hagan con sus dineros los partidos políticos.

2.- El sistema de financiamiento público a los partidos. 

Hay consenso en que el régimen de financiamiento público de los partidos ha incurrido en excesos que se requieren moderar. Si dicha moderación resulta de la renuncia de los partidos al financiamiento público, bienvenida esa posición. Si se llega a un consenso después de una discusión seria para bajar el monto, bienvenido. Pero no es condición para la reconstrucción.

De hecho, las diversas propuestas que plantean cancelar el financiamiento público a los partidos, tienen propósitos electorales manifiestos. No critico a los partidos que tratan de capitalizar la circunstancia. Hacen su trabajo.

Las propuestas del PRI aprovechan el descrédito de la clase política y tratan de congraciarse con quienes piden que se retiren los recursos públicos. El PRI es el partido con más estructura a escala nacional y el que más fácilmente podría transitar a un esquema que depende de sus afiliados. Morena también aplaude el quitar el financiamiento público. Sin él, es más fácil que se preserve la intención de voto que hoy que prevalece y que favorece a López Obrador.

La realidad, es que los partidos piensan en términos electorales, lo cual –insisto– no nos debe sorprender. Y nada tiene que ver realmente con los terremotos, sino con la imagen.

3.- El desempeño de la economía.

Cuesta trabajo creer que el impacto de los sismos en el crecimiento del PIB nacional va a ser marginal, pero es así. Y, es probable que para el 2018, incluso tengan un efecto positivo, por los recursos adicionales que se canalizarán a la reconstrucción.

No es lo mismo la pérdida de activos que de flujos. Y los flujos de ingresos afectados no alcanzarán a impactar de manera significativa a nivel nacional. Y en esto, tampoco nada contará lo que hagan los partidos políticos.

En el revoltijo que se ha armado, más vale que entendamos qué es cada cosa.