Enrique Quintana: Pemex, se alinearon las estrellas

El nerviosismo de corto plazo ya cedió, escribe Enrique Quintana
El nerviosismo de corto plazo ya cedió, escribe Enrique Quintana
Cambio de tendencia.El nerviosismo de corto plazo ya cedió, escribe Enrique Quintana
Cuartoscuro
autor
Enrique Quintana
Director General Editorial de El Financiero.
2016-12-07 |13:20 Hrs.Actualización13:20 Hrs.

El día de ayer, poco después de las seis de la mañana, Juan Pablo Newman y José Antonio González Anaya, director corporativo de finanzas y director general de Pemex, respectivamente, hablaron.

Acordaron lanzar una emisión de bonos en dólares a plazos de cinco y 10 años, un día después de que la empresa anunció su primera asociación estratégica con una empresa privada, la australiana BHP Billiton para desarrollar el campo de Trion, en las aguas profundas del Golfo de México.

El resultado de esa asociación, farmout, como se le denomina en el medio, fue considerado muy exitoso entre la industria y los analistas.

Los mercados financieros, igualmente, se mostraron optimistas y bajaron los spread, es decir el diferencial de los bonos de Pemex respecto a la deuda estatal.

Además, Pemex concretó la asignación de un bloque petrolero en el Golfo por el que licitó, en un consorcio que formó junto con la californiana Chevron y la japonesa Inpex.

Un elemento adicional fue el éxito en la colocación de los bloques licitados en la Ronda 1.4 de la reforma energética en materia de hidrocarburos. Se había definido que iba a ser exitosa la asignación de cuatro bloques y al final fueron ocho los que fueron colocados.

Todo ello configuró el ambiente que permitió tomar la decisión, ayer muy temprano, de que era conveniente lanzar la oferta de bonos de Pemex.

El resultado fue la obtención de cinco mil 500 millones de dólares a los plazos señalados (cinco y 10 años), pero quizás lo más impactante es que se generó una demanda de 30 mil millones de dólares.

Los inversionistas no están viendo una empresa que se esté desmoronando sino una corporación que gradualmente está encontrando opciones para darle la vuelta a la crítica situación que aún vive.

En la decisión de los que tomaron los bonos no sólo pesó el buen resultado de la licitación de este lunes sino la buena recepción que tuvo el Plan de Negocios de Pemex, así como los resultados de los ajustes que está realizando la petrolera.

Y, para redondear el cuadro favorable, por primera vez en ocho años se dio un acuerdo en la OPEP la semana pasada para reducir la oferta de crudo.

Pese a una ligera baja, la mezcla mexicana de exportación cerró ayer en 44.08 dólares por barril, lo que representa un incremento de 15 por ciento respecto al precio que tenía apenas el pasado 28 de noviembre.

Después de una temporada de noticias malas, pareciera que finalmente se están alineando las estrellas favorablemente para Pemex. Y con ello, también se crea un clima positivo para el país.

Una de las expresiones de ello fue el hecho de que el peso ganara 1.3 por ciento frente al dólar el día de ayer.

Sería iluso pensar que la situación financiera de Pemex se ha arreglado.

Los problemas siguen siendo muchos y muy complejos.

Faltan muchos farmout, asociaciones, por realizarse. Se requiere que la disciplina operativa continúe por muchos meses más para tener la certeza de que las cosas han cambiado.

Pero lo que se ha logrado en las últimas semanas es generar un cambio de tendencia, que también contribuye a la distensión de la ansiedad financiera.

Antes de conocerse la renuncia de Carstens al Banco de México, el dólar cotizaba en 20.47 pesos en el mercado interbancario, ayer llegó a tocar 20.32 pesos. 

Así que parece que el nerviosismo de corto plazo ya cedió.

Nos queda todavía la incertidumbre grande, la que genera Donald Trump, y que lamentablemente prevalecerá aún por muchas semanas.