López Obrador ha pedido en varias ocasiones que se posponga la renegociación del TLCAN, para que, en caso de ganar, pueda incidir en el acuerdo al que se vaya a llegar.
Si esto no ocurriera y a AMLO no le gustara el resultado de la renegociación, ¿podría cancelar lo pactado?
Veamos algunos elementos de contexto.
Todo indica que, pese al deseo de Donald Trump de que, en la Cumbre de las Américas, a realizarse el 13 y 14 de este mes, se anunciara un acuerdo en principio, esto no ocurrirá.
Terminamos la gira por la frontera, además de reafirmar nuestra postura con relación a Estados Unidos, dimos a conocer nuestros proyectos para convertir a México en una potencia económica con trabajo, justicia y paz. Nunca más los jóvenes van a ser olvidados. pic.twitter.com/K1D1JrSufU
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) 6 de abril de 2018
Trump presionó fuertemente para que pudiera darse este anuncio en Lima, pero tras la reunión ministerial de México, Canadá y Estados Unidos, realizada el viernes pasado en Washington, se percibió que aún falta trabajo por hacer.
Ayer, el secretario de Economía mencionó que la nueva fecha probable es la primera semana de mayo, es decir, en un mes aproximadamente.
Veamos algunas interrogantes respecto a las nuevas perspectivas para el TLCAN.
Hoy junto a la Ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, @cafreeland , y el Representante Comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, anunciamos el cierre de la Séptima Ronda de Negociaciones del #TLCAN #NAFTA #Comunicado https://t.co/W2gz3JMjPq pic.twitter.com/bKrH6tMQWn
— Ildefonso Guajardo (@ildefonsogv) 6 de marzo de 2018
1.- ¿Afectó a la renegociación el anuncio de Trump de desplazar efectivos de la Guardia Nacional a la frontera con México o la respuesta que a ello dio el presidente Peña?
Todos los indicios señalan que no hubo afectación. Las referencias de Trump y de algunos de sus colaboradores subrayan que están cerca de alcanzar un acuerdo. Por parte de México, tampoco hubo un cambio de perspectivas a partir de ese anuncio.
En la práctica no ocurrirá nada muy diferente a lo que pasó con Obama o Bush, pero en términos de percepción, Trump consiguió la imagen de que endureció la vigilancia.
"I’m also calling on Congress to immediately close the deadly border security loopholes that endanger our country. All over our country we’re living with laws that don’t work.” pic.twitter.com/BSc6qLOy8Q
— The White House (@WhiteHouse) 7 de abril de 2018
2.- ¿Cuánto cambia el nuevo calendario de la renegociación en las perspectivas de tener el acuerdo antes de las elecciones de México?
Nada cambia en lo sustancial, siempre y cuando realmente se consiga llegar a una convergencia de posiciones en mayo. El calendario que las autoridades mexicanas están tratando de cumplir es firmar el nuevo Tratado antes de las elecciones del 1 de julio y ratificarlo en el Senado antes del cambio en la actual Legislatura el 1 de septiembre, no obstante que en el Congreso norteamericano tuviera que confirmarse la firma hasta pasadas las elecciones de noviembre.
3.- ¿Podría desconocer el nuevo gobierno un Tratado firmado por la actual administración?
No. Si el Tratado ya hubiera sido firmado por los Ejecutivos de los tres países, y se hubiera ratificado en México antes del 1 de diciembre, el nuevo gobierno sólo tendría la facultad de invocar el artículo 2205 para retirarse del Tratado vigente en un plazo de seis meses, pero ya no podría reabrir la negociación.
Queremos que haya una revisión del TLCAN, pero que no se cancele: @lopezobrador_ en la 101 Asamblea de Socios de @AmChamMexico pic.twitter.com/TxoSt4a1Bd
— El Financiero TV (@ElFinancieroTv) 9 de abril de 2018
4.- Si se hubiera firmado, pero no ratificado por el Senado, ¿qué opción tendría el nuevo gobierno?
Podría no someterlo a la ratificación del Senado y ante ello, no tendría efectos legales. En ese caso seguiría vigente el Tratado actual, pero se daría a Trump el motivo para considerar sacar a Estados Unidos del Tratado.
5.- ¿Qué pasaría si para julio no se ha firmado?
Aunque legalmente no pasaría nada, pues el nuevo gobierno llega hasta el 1 de diciembre y el Congreso lo hace el 1 de septiembre, podrían crearse condiciones políticas que hicieran más compleja su firma y ratificación en caso de que AMLO hubiera ganado la elección presidencial.
La flexibilización de la posición norteamericana que hemos visto en las últimas semanas bien podría haber derivado de la posibilidad de tener que hacer un borrón y cuenta nueva en caso de que al nuevo gobierno no le gustaran los términos de la negociación realizada.