Las ventas de autos en septiembre crecieron 35 por ciento respecto al mismo mes del año pasado. Un aumento espectacular.
Sumaron 118 mil 38 unidades, lo que implica el mejor resultado en 7 años para el noveno mes del año.
Lo importante no es solamente que la tendencia creciente en las ventas se mantenga, sino que lo haga en un momento en el que parece haber varios indicios de desaceleración económica.
Las ventas de vehículos en los primeros nueve meses del año crecieron en 24.9 por ciento, de modo que el volumen de ventas de septiembre implica incluso una aceleración.
¿Por qué razón la gente está comprando más autos?
Porque tiene más confianza en el futuro.
No tiene nada que ver con la política sino con la perspectiva de la actividad económica y de los ingresos.
Aproximadamente 6 de cada 10 autos nuevos son vendidos a través de un esquema de financiamiento y una parte importante de las ventas al contado corresponde a flotillas.
Los plazos de los créditos mayormente van de 2 a 5 años.
Hay que recordar que el precio medio de los vehículos ronda los 464 mil pesos.
Esto significa que cuando se hace una compra, se adquiere una deuda que en promedio equivale a 28 meses del salario medio del sector formal de la economía.
O bien, si se paga, por ejemplo, un enganche de 20 por ciento, hay un equivalente a 93 mil pesos que se tiene que desembolsar, y son casi seis meses del salario medio.
Para establecer compromisos de esta magnitud se requiere tener confianza en que se mantendrá el ingreso o incluso que se aumentará en los próximos años.
Como no podemos conocer el futuro, al tomar un crédito se requiere construir una expectativa de lo que podrá suceder en los próximos meses o años.
De hecho, el crecimiento del crédito para la adquisición de automóviles no es caso único.
De acuerdo con los datos que acaba de dar a conocer el Banco de México, el crecimiento del crédito al consumo al mes de agosto fue de 12.9 por ciento en términos reales, es decir, por encima del nivel de inflación.
Para que el crédito crezca de esta manera tiene que haber un ambiente económico muy favorable.
Algunos señalan que es el nearshoring que ha generado una muy buena expectativa para las empresas.
Pero, la realidad es que el grueso de los acreditados en los bancos no tiene ni idea de lo que significa la relocalización industrial.
La gente de a pie no está pensando en el nearshoring, sino que observa lo que pasa en sus empresas y con sus ingresos.
Muchos acreditados ven el ambiente que existe en sus mercados; analizan sus pedidos y la dinámica que tienen, y sobre esa base deciden si es el tiempo de tomar un crédito o no.
La evidencia abrumadora nos dice que más allá de cualquier encuesta, con base en la demanda de crédito, al menos en las familias, se ve una perspectiva económica muy favorable.
Cuando llegamos a este punto aparece ineludiblemente el componente político.
Si uno pregunta a quienes respaldan a los grupos opositores cómo ven la situación del país, la respuesta va a ser que las cosas están o van a estar muy mal.
El problema es que las evidencias derivadas de las propias estadísticas económicas que capta el INEGI o que analiza el Banxico, muestran que no importa cuáles sean las opiniones, la realidad es que la economía va mejor.
Lo hemos dicho reiteradamente en este espacio: quienes apuesten al derrumbe de la economía para apalancar la campaña opositora del 2024 se van a quedar esperando
Quienes compran autos, mayormente, no están considerando cómo está la política.
Lo que dicen las decisiones de los compradores es que ven una mejor economía en los siguientes años.