Porque todos quieren saber quién fue el ganador de un encuentro como estos
En el último debate presidencial del presente proceso electoral hubo un ganador y un perdedor... al menos para un grupo de columnistas.
Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez Calderón estuvieron juntos por última vez en cadena nacional este martes para exponer sus propuestas en materia de educación, salud y desarrollo social.
Y para algunos de los columnistas que escriben en los principales medios de comunicación, este fue el político que ganó, bueno, también hubo un perdedor.
EL GANADOR
Para Salvador Camarena, el ganador del debate fue Andrés Manuel López Obrador porque utilizó una muralla ante los ataques de sus adversarios.
"Apoltronado en esos números, el tabasqueño se atrincheró: no se movió un milímetro de ese guion que le ha dado el posicionamiento, hasta hoy, ganador. Todo se debe a la corrupción, todo se resuelve sin corrupción, y yo soy el único que puede combatir la corrupción, bateó una y otra vez AMLO ante cualquier pregunta. Pura cantaleta. No es que sea falso que se roba en la venta de medicinas, pero debió decir algo más que él puede terminar con la corrupción", refiere Camarena en su columna publicada en El Financiero.
El analista indica que Andrés Manuel tiene un teflón que le ha durado toda la campaña y que no se ve por dónde se le fisure, "hubo ataques de dos candidatos que, sin duda, mostraron más argumentos, pero que no lograron sortear sus respectivos lastres".
"Para decirlo en términos futbolísticos y citando al clásico: los ciudadanos y los moderadores lanzaron balones, los candidatos regresaron sandías", concluye Camarena.
Ana Paula Ordorica también escribe en El Universal que en los debates, el que no pierde gana.
"En este tercer debate, por lo tanto, gana AMLO, quien seguirá como puntero".
Pascal Beltrán del Río, columnista de Excélsior, López Obrador concluyó su participación en el tercer debate sin rasguños.
"Si acaso tenga que lamentar algo, es el haber sido obligado a definirse sin ambages ante el tema de la Reforma Educativa. Dejando atrás toda ambigüedad, dijo que enviaría una iniciativa para cancelarla –como exigen los profesores de la CNTE actualmente en paro–, cosa que quizá deploren los sectores moderados que lo apoyan", escribe el columnista.
Pero el tabasqueño no es el único que ganó el debate, Salvador García Soto escribe en El Universal que el ganador fue José Antonio Meade, porque llegó al debate en su mejor momento.
"Apoyado en los temas que mejor domina: crecimiento y desarrollo, pudo hacer un debate redondo en donde articuló ideas, propuestas y se dio tiempo para lanzar ataques al candidato puntero, Andrés Manuel López Obrador y a su objetivo inmediato, el segundo lugar, Ricardo Anaya", escribió el columnista.
De acuerdo con García Soto, a partir del buen desempeño que tuvo Meade y de un Anaya que se notó tenso y afectado por los golpeteos políticos de los videoescándalos y las denuncias en su contra, podría meterse de lleno a la pelea por el segundo lugar.
"Al final, este último debate se veía más en la expectativa de que podía ayudar a definir al candidato que puede terminar en segundo lugar de la contienda, a partir de influir en los votantes indecisos y en el llamado voto útil", escribió García Soto.
Y EL PERDEDOR
Para Pablo Hiriart, AMLO fue el político que perdió el último debate porque lo tocaron donde nunca lo habían logrado "pescar": en corrupción.
"No lo noquearon, es cierto, y difícilmente lo van a bajar de las encuestas, pero si el tema crece le va a costar", escribe Hiriart para El Financiero.
El periodista mencionó las palabras de José Antonio Meade, quien aprovechó para decir que López Obrador habla del caso Odebrecht y cataloga a esa empresa como corrupta, pero no puede explicar que en su gabiente proponga como secretario de Comunicaciones y Transportes a Javier Jiménez Espriú, socio de dicha empresa brasileña.
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— INE (@INEMexico) 13 de junio de 2018
Ricardo Anaya también mostró que el asesor de López Obrador, José María Rioboó, concursó para las obras del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, y al no ganar, se coludió con AMLO para vetar la obra completa.
"Antes del debate de anoche, AMLO era un caballo blanco, lento, mañoso, soso, somnoliento, que patea todo lo que encuentra, pero blanco. Eso se acabó. Ya tiene dos manchas, y esas en un caballo blanco se notan más. Salió tocado del Museo del Mundo Maya, y donde era más fuerte. Ya no volverá a ser el mismo, y su discurso de que todos sus proyectos se iban a financiar con ahorro en corrupción, ha quedado vacío", planteó Hiriart.
NADA PARA NADIE
Para Raymundo Riva Palacio, el último debate presidencial no produjo con claridad quién es realmente el segundo lugar.
En su columna publicada en El Financiero, Riva Palacio destacó que Ricardo Anaya y José Antonio Meade dejaron de golpearse de manera sistemática y enfocaron sus críticas a Andrés Manuel López Obrador, quien toreó los cuestionamientos y dejó de contestar los señalamientos particulares que se le hicieron.
"Pero si nos atenemos a la experiencia de los dos debates anteriores, no importará que haya mostrado sus carencias conceptuales y limitaciones retóricas, porque por muchos adeptos que haya perdido anoche en Mérida, muy probablemente será un porcentaje insignificante o irrelevante frente a la ventaja que tiene en las preferencias electorales", escribe Raymundo Riva Palacio.
El analista destaca que Anaya y Meade viven un proceso de autodestrucción mutua al mantenerse encerrados en un juego de suma cero, donde cada quien quiere ganar proporcionalmente lo que el otro pierda, llevando la elección presidencial a una contienda entre tres.
"El último debate presidencial confirmó las tendencias electorales y la lucha de las estrategias. Ni Anaya ni Meade buscaron lastimarse, ni López Obrador cometió errores costosos. El puntero administró su ventaja sin correr riesgos, como lo hizo en los dos debates anteriores. Sus adversarios buscaron los contrastes con López Obrador en sus propuestas y mostrar que el puntero en las preferencias tiene más hoyos negros en su gestión como gobernante en la Ciudad de México, de lo que la mayoría de sus simpatizantes probablemente conoce o se acuerda", planteó Riva Palacio.