¿Quién no creció escuchando que a quienes vivimos en México nos gusta echar la flojera?
Abundan los chistes que narran la pereza de nuestro país. Las telenovelas, los noticieros y cada pequeño aspecto de la vida (¿quién no ha visto esta postal de un mexicano durmiendo en sus rodillas al amparo de un sombrero y un cactus?) está salpicado por ese mito de la eterna hueva mexicana. Desde pequeños esa idea se va enraizando en nuestro imaginario, hasta que nos logran convencer de que “en otros países se descansa menos” y que “nuestro país no progresa porque está lleno de flojos”.
En contraste con esta idea, mientras pasaban los años también me percaté que mi papá no paraba de trabajar, de sol a sol, chambeando incluso en sus días de “descanso”, sacrificando puentes, convivencias familiares y horas de sueño. En las casas de mis amigos no había mucha diferencia, mamá y papá salían a trabajar todos los días y las horas para sus hijos eran postergadas con la excusa perpetua de la chamba. Lo mismo pasaba con mi abuela que, a sus setenta y tantos, seguía recibiendo a estudiantes en su casa, preparando sus comidas y encargándose de cada pequeño detalle del hogar. La edad para descansar no había llegado aún.
Cuando quise comprarme mis instrumentos musicales me pasó lo mismo, empaqué las compras de los clientes en el supermercado, fui mesero y vendedor en una empresa telefónica. En cada uno de mis empleos la constante fue un salario precario, con horarios abusivos y cargas pesadas.
Desde esos días de la adolescencia me pregunto lo mismo: ¿quién ha inventado esa mentira de que el mexicano es flojo? A mis 27 años puedo asegurar que todo lo que he vivido es lo opuesto a esa farsa.
México no sólo es un país que no es perezoso, sino más bien trabajador hasta la explotación. Veamos las cifras oficiales de la OCDE. Quienes chambean aquí, en promedio, gozan de 14 días de descanso, de los cuales 6 corresponden a vacaciones pagadas y 8 a feriados oficiales. Esta última cifra rompe otro mito: el que enuncia que México celebra muchísimos puentes, pues según la Organización Internacional del Trabajo, la OIT, somos uno de las naciones con menos días feriados al año.
Aunque esto vaya en contra de todo lo que nos han dicho, los datos de la OCDE muestran que trabajamos más días que China o Nigeria. Pero para dejar constancia de lo que pasa en otras partes es importante ver el promedio de los países desarrollados, que nos muestra una tendencia hacia vacacionar entre los 25 y 28 días. Incluso, hay países que rebasan los 30 días de descanso, entre los cuales se encuentran Brasil, Estados Unidos, Australia o Reino Unido.
Por eso es importante hablar sobre este tema. Las y los trabajadores mexicanos merecemos tener tiempo de ocio, de paz y de recreo. Por muchos años las vacaciones se han convertido en una materia pendiente para el país. Con una campaña constante contra ellas, México ha logrado convertirse en uno de los países que menos derecho al descanso tiene en el mundo y esto es impostergable, pues entre menos tiempo para el descanso tengamos menos espacio habrá para nuestras familias, para encontrar quiénes somos, qué anhelos tenemos y cuál es el sentido de nuestra vida.