Ya era el 2 de julio y había entrado la madrugada. A través de mensajes y llamadas, cerca de la mitad de nuestros representantes de casilla nos enviaban la misma noticia: “falta aún mucho tiempo para cerrar el proceso, los conteos se han prolongado muchísimo, el cansancio está por todos lados y empieza a mermar en el desempeño”.
En algunos casos nos compartían que presentaban signos de desgano y hasta enojo, pues las casillas habían cerrado a las 6 de la tarde, pero la titánica tarea de escrutar los votos de hasta 6 elecciones distintas (tres de carácter federal y tres de carácter local) les había tomado de 5 hasta 10 horas más en concluir.
No ayudaba la lluvia, no ayudaba que ya había claros ganadores en buena parte de las contiendas, no ayudaba que la mayoría de los funcionarios de casilla tendrían que trabajar al día siguiente.
Hubo casos dramáticos en donde, después de un trabajo de casi 18 horas, muchos presidentes de casilla se encontraban con juntas distritales del INE llenísimas y tuvieron que esperar en filas interminables para lograr entregar los paquetes electorales.
El sábado nos reunimos a pensar el futuro, a agradecerle a las abuelas que nos dieron consejos, a quienes cuidaron los votos, a quienes brigadearon todos los días.
— Pedro Kumamoto (@pkumamoto) 10 de julio de 2018
🌳❤️ Les invito a leer mi columna en @Nacion321 🌳❤️https://t.co/JKToje7Yma
Al menos en Jalisco, me atrevería a decir que la inmensa mayoría de los funcionarios de casilla y de los representantes de las fuerzas políticas no pudieron llegar antes de las 2 de la mañana a casa.
Este fue un trabajo invisible para la mayoría del país, en muchos casos incomprendido y, en ocasiones, hasta subvalorado. Como homenaje a estas personas que chambearon incansablemente, decidí reflexionar: ¿qué debemos hacer como país para que una labor voluntaria por nuestra democracia no sea tan compleja de realizar?
En primer lugar creo que es vital hacer más fácil la identificación de coaliciones al momento de votar. Buena parte de las quejas que detectamos en la casilla tenían que ver con la dificultad para reconocer y sumar los votos de las fuerzas políticas que iban en alianza. Solamente para la votación de Presidencia de la República se podían encontrar 22 combinaciones distintas para ejercer el voto.
Esta enorme cantidad de opciones confundió o dificultó el trabajo de quien contó. Frente a este obstáculo podríamos trabajar para que la boleta sea más explícita sobre las alianzas y las agrupe gráficamente.
Finalmente quiero decirles algo: ya estamos pensando en el futuro. Seguimos reflexionando, seguimos trabajando y seguimos agradecidos. Vamos a honrar su confianza #SomosUnBosque pic.twitter.com/z02NEfh68Z
— Pedro Kumamoto (@pkumamoto) 8 de julio de 2018
Sin duda, hay dos elementos más que me gustaría apuntar con un poco más de detalle: pedagogía previo a la elección y la utilización de la urna electrónica. Sobre la pedagogía previa a la jornada, creo que es importante reconocer que ha mejorado y ha tenido muchos aciertos conforme han pasado los años.
Sin embargo, llamó la atención la falta de información que muchos funcionarios de casilla tenían para el cómputo de votos para candidaturas independientes (en muchas ocasiones contaron nuestros votos en “Candidato no registrado o Voto nulo”) o las dudas que manifestaron los electores sobre el papel que jugaban las alianzas entre los partidos políticos.
Creo que, en general, no hay una respuesta sencilla para este apartado, pero estoy seguro que los cambios vendrán asignándole mayores recursos económicos así como más tiempo aire para la pedagogía y menos para la máquina de propaganda de los partidos.
Finalmente estos meses que vienen serán fundamentales para analizar la utilización de la urna electrónica en nuestro país para próximos comicios, pues significaría la posibilidad de ahorrar tiempo valiosísimo el día de la elección y dar certidumbre en el conteo.
También permitiría que buena parte de las técnicas de delitos electorales que hoy se practican quedaran en el pasado y sin duda, podría ser una opción más amigable para poder emitir el voto, una que pudiera llevar de la mano al ciudadano para explicar y mostrar en pantalla las coaliciones, las listas de representación proporcional o las planillas de regidurías.
La grandeza de nuestras elecciones está en la fuerza de la ciudadanía. A todas y a todos, gracias #Elecciones2018 🗳️ pic.twitter.com/DD5shMQe6N
— INE (@INEMexico) 16 de julio de 2018
Pasado el furor de las elecciones es fundamental hacer una revisión de algunos de los incidentes, confusiones o barreras que se tuvieron durante la jornada, experimentados tanto por los funcionarios de casilla como por los electores.
Esta es una gran oportunidad para hacer pequeños cambios que ayuden a hacer más fácil el trabajo de funcionarios y, sobre todo, para dar certidumbre a electores al tener un sistema que pueda publicar, con celeridad y precisión, los resultados de las elecciones.